Página 144 - La Oraci

Basic HTML Version

140
La Oración
amenazas cuando su pueblo se separó de él; lo había esparcido entre
las naciones, de acuerdo con su Palabra. Y en ese mismo hecho
Nehemías hallaba la seguridad de que él sería igualmente fiel en
cumplir sus promesas.—
Comentario Bíblico Adventista 3:1154
.
Nehemías formulaba sus oraciones de acuerdo a las necesi-
dades del momento
—La mención de la condición en que estaba
Jerusalén despertó la simpatía del monarca sin evocar sus prejuicios.
Otra pregunta dio a Nehemías la oportunidad que aguardaba desde
hacía mucho: “¿Qué cosa pides?” Pero el varón de Dios no se atrevía
a responder antes de haber solicitado la dirección de Uno mayor
que Artajerjes. Tenía un cometido sagrado que cumplir, para el cual
necesitaba ayuda del rey; y comprendía que mucho dependía de
que presentase el asunto en forma que obtuviese su aprobación y su
auxilio. Dice él: “Entonces oré al Dios de los cielos”. En esa breve
oración, Nehemías se acercó a la presencia del Rey de reyes, y ganó
para sí un poder que puede desviar los corazones como se desvían
las aguas de los ríos.—
Profetas y Reyes, 466
.
[152]
Las oraciones de Nehemías eran vigorizadas por un propó-
sito firme
—Hay necesidad de [muchos] Nehemías en la iglesia hoy:
hombres que puedan no sólo orar y predicar, sino hombres cuyas
oraciones y sermones estén corroborados por un propósito firme y
anhelante.—
Conflicto y Valor, 264
.
Como Nehemías, podemos orar en todo momento y lugar
La facultad de orar como oró Nehemías en el momento de su nece-
sidad es un recurso del cual dispone el cristiano en circunstancias
en que otras formas de oración pueden resultar imposibles. Los
que trabajan en las tareas de la vida, apremiados y casi abrumados
de perplejidad, pueden elevar a Dios una petición para ser guiados
divinamente. Cuando los que viajan, por mar o por tierra, se ven
amenazados por algún grave peligro, pueden entregarse así a la pro-
tección del Cielo. En momentos de dificultad o peligro repentino,
el corazón puede clamar por ayuda a Aquel que se ha comprome-
tido a acudir en auxilio de sus fieles creyentes cuando quiera que
le invoquen. En toda circunstancia y condición, el alma cargada de
pesar y cuidados, o fieramente asaltada por la tentación, puede hallar
seguridad, apoyo y socorro en el amor y el poder inagotables de un
Dios que guarda su pacto.