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La Oración
Si nos acercamos a Dios, él nos dará palabras para hablar por él
y para alabar su nombre. Nos enseñará una melodía de la canción
angelical, así como alabanzas de gratitud a nuestro Padre celestial.
En todo acto de la vida se revelarán la luz y el amor del Salvador que
mora en nosotros. Las dificultades exteriores no pueden afectar la
vida que se vive por la fe en el Hijo de Dios.—
El Discurso Maestro
de Jesucristo, 74
.
Se necesita la oración diaria para resistir a Satanás
—La san-
tificación no es obra de un momento, una hora o un día. Es un
crecimiento continuo en la gracia. No sabemos un día cuàn inten-
so será nuestro conflicto al día siguiente. Satanás vive, es activo
y cada día necesitamos clamar fervorosamente a Dios por ayuda
y fortaleza para resistirle. Mientras reine Satanás, tendremos que
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subyugar el yo, tendremos asedios que vencer, y no habrá punto en
que detenerse, donde podamos decir que hemos alcanzado la plena
Victoria.—
Joyas de los Testimonios 1:115
.
La oración diaria incluirá tanto las necesidades físicas y es-
pirituales
—La oración por el pan cotidiano incluye no solamente
el alimento para sostener el cuerpo, sino también el pan espiritual
que nutrirá el alma para vida eterna. Nos dice Jesús: “Trabajad,
no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna
permanence”. “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno
comiere de este pan, vivirá para siempre”. Nuestro Salvador es el
pan de vida; cuando miramos su amor y lo recibimos en el alma,
comemos el pan que desciende del cielo.
Recibimos a Cristo por su Palabra, y se nos da el Espíritu Santo
para abrir la Palabra de Dios a nuestro entendimiento y hacer penetrar
sus verdades en nuestro corazón. Hemos de orar día tras día para
que, mientras leemos su Palabra, Dios nos envíe su Espíritu con el
fin de revelarnos la verdad que fortalecerá nuestras almas para las
necesidades del día.
Al enseñarnos a pedir cada día lo que necesitamos, tanto las
bendiciones temporales como las espirituales, Dios desea alcanzar
un propósito para beneficio nuestro. Quiere que sintamos cuánto
dependemos de su cuidado constante, porque procura atraernos a
una comunión íntima con él. En esta comunión con Cristo, mediante
la oración y el estudio de las verdades grandes y preciosas de su
Palabra, seremos alimentados como almas con hambre; como almas