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La Oración
atardecer, presentando en nuestro beneficio los méritos del Salva-
dor ante Dios. Por la mañana y la tarde el universo celestial presta
atención a cada familia que ora.—
Mi Vida Hoy, 29
.
El universo celestial contempla de mañana y de tarde a cada
familia que ora, y el ángel con el incienso, que representa la sangre
de la expiación, halla acceso delante de Dios.—
Comentario Bíblico
Adventista 7:982
.
Por la mañana, los primeros pensamientos del cristiano deben
fijarse en Dios. Los trabajos mundanales y el interés propio deben
ser secundarios. Debe enseñarse a los niños a respetar y reverenciar
la hora de oración... Es el deber de los padres creyentes levantar así,
mañana y tarde, por ferviente oración y fe perseverante, una valla en
derredor de sus hijos. Deben instruirlos con paciencia; enseñándoles
bondadosa e incansablemente a vivir de tal manera que agraden a
Dios.—
Conducción del Niño, 491, 492
.
Dios debe ser honrado en todo hogar cristiano con los sacrificios
matutinos y vespertinos de oración y alabanza. Debe enseñarse a los
niños a respetar y a reverenciar la hora de oración. Es deber de los
padres cristianos levantar mañana y noche, por oración ferviente y
fe perseverante, un cerco en derredor de sus hijos.
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En la iglesia del hogar los niños han de aprender a orar y confiar
en Dios. Enseñadles a repetir la ley de Dios. Así se instruyó a los
israelitas acerca de los mandamientos: “Y las repetirás a tus hijos,
y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y
al acostarte, y cuando te levantes”.
Deuteronomio 6:7
. Venid con
humildad, con un corazón lleno de ternura, con una comprensión de
las tentaciones y peligros que hay delante de vosotros mismos y de
vuestros hijos; por la fe vinculadlos al altar, suplicando el cuidado del
Señor por ellos. Educada los niños a ofrecer sus sencillas palabras de
oración. Decidles que Dios se deleita en que lo invoquen.—
Consejos
para los Maestros, Padres y Alumnos, 105, 106
.
Antes de salir de la casa para ir a trabajar, toda la familia debe ser
convocada y el padre, o la madre en ausencia del padre, debe rogar
con fervor a Dios que los guarde durante el día. Acudid con humil-
dad, con un corazón lleno de ternura, presintiendo las tentaciones y
peligros que os acechan a vosotros y a vuestros hijos, y por la fe atad
a estos últimos al altar, solicitando para ellos el cuidado del Señor.