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La Oración
Prepárate para la eternidad con un celo que no has manifestado
todavía. Educa la mente para amar la Biblia, amar la reunión de
oración, amar la hora de meditación, y sobre todo, la hora en la
cual el alma comulga con Dios. Adquiere la mentalidad del Cielo
si quieres unirte con el coro celestial en las mansiones divinas.—
Testimonios para la Iglesia 2:241, 242
.
Cuando el Espíritu de Dios obre en el corazón, limpiando el
templo del alma de toda su desgracia de mundanalidad y amor al
placer, todos se encontrarán en las reuniones de oración, fieles en
cumplir su deber y fervientes y ansiosos de cosechar todo el beneficio
posible. El obrero fiel del Maestro aprovechará cada oportunidad
para colocarse directamente bajo los rayos de luz del trono de Dios,
y esta luz será reflejada en otros.—
Testimonies for the Church 4:461
.
La presencia de Dios santifica los momentos de oración y
adoración pública
—La verdadera reverencia hacia Dios tiene su
origen en la comprensión de su infinita grandeza, y en la sensación
de su presencia. El corazón de todo niño debería ser profundamente
impresionado por esta presencia del Invisible. Debería enseñarse al
niño a considerar sagrados la hora y el lugar de la oración y los cultos
públicos, porque Dios está en ellos. Y al manifestar reverencia en la
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actitud y la conducta, el sentimiento que lo inspire se profundizará.—
La Educación, 237
.
La oración pública nos trae a la presencia de Dios
—La ora-
ción, ya se eleve en público, ya se ofrezca sobre el altar de la familia
o en secreto, coloca al hombre directamente en presencia de Dios.
Mediante la oración constante los jóvenes pueden adquirir princi-
pios tan firmes que ni siquiera las tentaciones más arrolladoras los
aparten de su fidelidad hacia Dios.—
Mi Vida Hoy, 18
.
Las oraciones públicas no deben ser largas ni secas
—Como
hijos del Rey celestial, deben educarse para dar testimonio en voz
clara y distinta, y de tal manera que nadie pueda recibir la impresión
de que les cuesta hablar de la misericordia del Señor.
En la reunión de testimonios, la plegaria debe elevarse de tal
manera que todos puedan ser edificados; los que toman parte en este
ejercicio deben seguir el ejemplo dado en la hermosa oración que
hizo el Señor en favor del mundo. Esta oración es sencilla, clara y
abarcante, y sin embargo, no es larga ni sin vida, como lo son a veces
las oraciones ofrecidas en público. Sería mejor que estas oraciones