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Oraciones falsas
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contestó sus plegarias. La única razón de nuestra falta de poder
para con Dios se encuentra dentro de nosotros mismos. Si la vida
íntima de muchos de los que profesan la verdad se les presentase a
plena vista, no profesarían que son cristianos. No están creciendo en
gracia. De vez en cuando ofrecen una oración precipitada, pero no
existe verdadera comunión con Dios.
Para progresar en la vida espiritual, tenemos que pasar mucho
tiempo en oración. Cuando el mensaje de verdad se proclamó por
primera vez, ¡cuánto se oraba! ¡Cuán a menudo se oía en las cáma-
ras, en el establo, en el huerto o en la arboleda la voz intercesora!
A menudo pasábamos horas enteras en oración, dos o tres juntos
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reclamando la promesa; con frecuencia se escuchaba el sonido del
llanto; y luego la voz de agradecimiento y el canto de alabanza.—
Testimonios para la Iglesia 5:151
.
Dios aborrece las oraciones egoístas
—Vi que había algunos
como Judas entre los que profesan esperar a su Señor. Satanás los
domina, pero no lo saben. Dios no puede aprobar el menor grado
de codicia o egoísmo, y aborrece las oraciones y exhortaciones de
aquellos que cultivan estos malos rasgos. Al ver Satanás que su
tiempo es corto, induce a los hombres a ser cada vez más egoístas y
codiciosos, y luego se regocija cuando los ve dedicados a sí mismos,
mezquinos y egoístas. Si los ojos de los tales pudiesen abrirse,
verían a Satanás en triunfo infernal, regocijándose acerca de ellos y
riéndose de la locura de aquellos que aceptan sus sugestiones y caen
en sus lazos.—
Primeros Escritos, 268
.
Las oraciones secas y áridas no ayudan a nadie
—La iglesia
necesita la experiencia viva y fresca de los miembros que gozan de
comunión habitual con Dios. Las oraciones y los testimonios áridos
y rutinarios, exentos de la manifestación de Cristo en ellos, no son
de ayuda para la gente. Si cada uno que pretende ser hijo de Dios
estuviera lleno de fe, de luz y de vida, ¡qué admirable testimonio
se daría a los que acuden a oír la verdad! Y ¡cuántas almas podrían
ganarse para Cristo!—
Servicio Cristiano, 263
.
Todos los tesoros del cielo fueron confiados a Jesucristo, a fin
de que impartiese estos preciosos dones a los que los buscasen con
diligencia y perseverancia. Él nos es hecho “sabiduría, justificación,
santificación y redención”.
1 Corintios 1:30
. Pero las oraciones de