Página 251 - La Oraci

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Oraciones falsas
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repeticiones si no expresan los sentimientos del corazón. Pero la
oración que nace del corazón ferviente, (cuando expresamos nuestros
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sencillos anhelos tal como pediríamos un favor a un amigo terrenal,
esperando que nos fuera concedido) esa es la oración de fe. El
publicano que subió al templo a orar es un buen ejemplo de adorador
sincero y devoto. Él sentía que era un pecador y su gran necesidad
lo indujo a dar expresión a su apasionado deseo: ‘Dios, sé propicio
a mí, picador’.—
Mi Vida Hoy, 19
.
De Cristo se dice: “Estando en agonía oraba más intensamente”.
¡Qué contraste presentan con esta intercesión de la Majestad celestial
las débiles y tibias oraciones que se ofrecen a Dios! Muchos se
conforman con el servicio de los labios, y pocos tienen un anhelo
sincero, ferviente y afectuoso por Dios.
La comunión con Dios imparte al alma un íntimo conocimiento
de su voluntad. Pero muchos de los que profesan la fe, no saben lo
que es la verdadera conversión. No han experimentado la comunión
con el Padre por medio de Jesucristo, y no han sentido el poder de
la gracia divina para santificar el corazón... La verdadera oración re-
quiere las energías del alma y afecta la vida.—
Testimonios Selectos
3:386
.
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