Página 279 - La Oraci

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El padrenuestro
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tenemos bastante para mañana. Su promesa es segura: “Vivirás en
la tierra, y en verdad serás alimentado”. Dice David: “Joven fui, y
he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia
que mendigue pan”.
Salmos 37:3, 25
. El mismo Dios que envió
los cuervos para dar pan a Elías, cerca del arroyo de Querit, no
descuidará a ninguno de sus hijos fieles y abnegados. Del que anda
en la justicia se ha escrito: “Se le dará su pan, y sus aguas serán
seguras”. “No serán avergonzados en el mal tiempo, y en los días
de hambre serán saciados”. “El que no escatimó ni a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también
con él todas las cosas?”
Isaías 33:16
;
Salmos 37:19
;
Romanos 8:32
.
El que alivió los cuidados y ansiedades de su madre viuda y la ayudó
a sostener la familia en Nazaret, simpatiza con toda madre en la
lucha para proveer alimento a sus hijos. Quien se compadeció de
las multitudes porque “estaban desamparadas y dispersas”, sigue
teniendo compasión de los pobres que sufren. Ver
Mateo 9:36
. Les
extiende la mano para bendecirlos, y en la misma plegaria que dio a
sus discípulos nos enseña a acordarnos de los pobres.
Al orar: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, pedimos
para los demás tanto como para nosotros mismos. Reconocemos
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que lo que Dios nos da no es para nosotros solos. Dios nos lo confía
para que alimentemos a los hambrientos. De su bondad ha hecho
provisión para el pobre.
Salmos 68:10
. Dice: “Cuando hagas comida
o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes,
ni a vecinos ricos... Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres,
los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque
ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la
resurrección de los justos”.
Lucas 14:12-14
.
“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda
gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo
suficiente, abundéis para toda buena obra”. “El que siembra escasa-
mente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente,
generosamente también segará”.
2 Corintios 9:8, 6
.
La oración por el pan cotidiano incluye no solamente el alimento
para sostener el cuerpo, sino también el pan espiritual que nutrirá el
alma para vida eterna. Nos dice Jesús: “Trabajad, no por la comida
que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece”.
Juan
6:27
. “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere