Página 35 - La Oraci

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Nuestra necesidad de la oración
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La oración es necesaria para la fortaleza espiritual
—Pero el
motivo de vuestra inquietud es que no acudís en busca de la felicidad
a la única fuente verdadera. Estáis siempre procurando encontrar
fuera de Cristo el gozo que sólo se encuentra en él. En él no hay
esperanza frustrada. ¡Cómo se descuida el precioso privilegio de la
oración! La lectura de la Palabra de Dios prepara la mente para la
oración. Una de las principales razones de vuestra escasa disposi-
ción para acercaros a Dios mediante la oración, es que os habéis
incapacitado para esta obra sagrada leyendo historias fascinadoras
que han excitado la imaginación y despertado pasiones impuras. La
Palabra de Dios llega a ser insípida, se olvida la hora de la oración.
La oración es la fuerza del cristiano. Cuando está solo, no se en-
cuentra solo; siente la presencia de Aquel que ha dicho: “He aquí
yo estoy con vosotros todos los días”.—
Mensajes para los Jóvenes,
272
.
La oración es necesaria para entrar al cielo
—No hay tal cosa
como que podamos entrar en los portales celestiales mediante la
complacencia y la necedad, las diversiones, el egoísmo, sino sólo
mediante constante vigilancia y oración incesante. La vigilancia es-
piritual de nuestra parte es individualmente el precio de la seguridad.
No os desviéis ni una pulgada hacia el lado de Satanás, para que
no gane ventaja sobre vosotros.—
Comentario Bíblico Adventista
6:1094
.
La oración nos conserva fieles
—Sin oración incesante y vigi-
lancia diligente, corremos el riesgo de volvernos indiferentes y de
desviarnos del sendero recto. Nuestro adversario procura constante-
mente obstruir el camino al propiciatorio, para que no obtengamos
mediante ardiente súplica y fe, gracia y poder para resistir a la tenta-
ción.—
El Camino a Cristo, 94
.
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Oremos por el espíritu
—Si hemos de aprender de Cristo, de-
bemos orar como los apóstoles oraban cuando el Espíritu Santo
fue derramado sobre ellos. Necesitamos el bautismo del Espíritu de
Dios. No estamos seguros ni siquiera una hora mientras descuida-
mos la obediencia a la Palabra de Dios.—
Fundamentals of Christian
Education, 537
.
La oración torna la debilidad en fortaleza
—No ven [muchos
creyentes] la importancia del conocimiento ni del control propios.
No velan y oran, para no entrar en tentación. Si velaran, reconoce-