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La oración y la ganancia de almas
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con amor, referid su poder, y así permitiréis que vuestra luz brille
sobre el mundo.—
Notas Biográficas de Elena G. de White, 303
.
Oremos por las almas
—Comenzad a orar por las almas; aproxi-
maos a Cristo, colocaos más cerca de su costado sangrante. Permitid
que un espíritu humilde y sereno adorne vuestras vidas, y haced que
vuestras peticiones fervientes, sinceras y humildes asciendan hacia
Dios en busca de sabiduría, para tener éxito en la salvación no sólo
de vuestra propia alma, sino también de otras almas. Orad más de
lo que cantáis. ¿Acaso no tenéis más necesidad de orar que de can-
tar? Jóvenes y señoritas, Dios os pide que salgáis a trabajar para él.
Cambiad radicalmente vuestro comportamiento. Podéis realizar una
obra que no pueden hacer los que ministran en palabra y doctrina.
Podéis alcanzar a una clase de personas sobre la que el ministro no
puede ejercer influencia.—
Testimonios para la Iglesia 1:449
.
Oremos fervorosamente en beneficio de quienes deseamos vi-
sitar, llevándolos con fe viviente, uno a uno, ante la presencia de
Dios.—
Consejos Sobre Mayordomía Cristiana, 198
.
Debieran trabajar entre los humildes, los pobres y los oprimidos.
Debiéramos orar por y con los desvalidos que no tienen fuerza de
voluntad para controlar los apetitos que las pasiones han degrada-
do. Debe realizarse un esfuerzo fervoroso y perseverante para la
salvación de las personas en cuyos corazones se ha despertado el
interés.—
Consejos Sobre la Salud, 388
.
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