Página 72 - La Oraci

Basic HTML Version

68
La Oración
dice: “Estando en agonía oraba más intensamente”. ¡Qué contraste
presentan con esta intercesión de la Majestad celestial las débiles y
tibias oraciones que se ofrecen a Dios! Muchos se conforman con el
servicio de los labios, y pocos tienen un anhelo sincero, ferviente y
afectuoso por Dios.—
En los Lugares Celestiales, 73
;
Testimonios
Selectos 3:386
.
La oración eficaz no necesariamente incluye lágrimas y lu-
cha
—Muchas almas hay que luchan por alcanzar grandes victorias
y bendiciones especiales para poder cumplir grandes hechos. Para
alcanzar su propósito, creen que es necesario agotarse en oraciones
y lágrimas. Cuando esas personas escudriñen las Escrituras con ora-
ción para conocer la expresa voluntad de Dios, y luego la cumplan de
todo corazón y sin ninguna reserva o complacencia propia, entonces
hallarán descanso. Sus angustias, sus lágrimas y sus luchas no les
procurarán el descanso que anhelan. Ellas deben hacer la entrega
completa de su personalidad. Deben hacer lo que les venga a mano,
apropiándose de la abundante gracia que Dios promete a los que
oran con fe.—
Testimonios para la Iglesia 9:132
.
La oración ferviente y constante es una necesidad
—Y si el
Salvador de los hombres, el Hijo de Dios, sintió la necesidad de orar,
¡cuánto más nosotros, débiles mortales, manchados por el pecado,
no debemos sentir la necesidad de orar con fervor y constancia!
[75]
Nuestro Padre celestial está esperando para derramar sobre no-
sotros la plenitud de sus bendiciones. Es privilegio nuestro beber
abundantemente en la fuente de amor infinito. ¡Qué extraño que
oremos tan poco! Dios está pronto y dispuesto a oír la oración sin-
cera del más humilde de sus hijos y, sin embargo, hay de nuestra
parte mucha cavilación para presentar nuestras necesidades delante
de Dios. ¿Qué pueden pensar los ángeles del cielo de los pobres y
desvalidos seres humanos, que están sujetos a la tentación, cuando
el gran Dios lleno de infinito amor se compadece de ellos y está
pronto para darles más de lo que pueden pedir o pensar y que, sin
embargo, oran tan poco y tienen tan poca fe? Los ángeles se deleitan
en postrarse delante de Dios, se deleitan en estar cerca de él. Es su
mayor delicia estar en comunión con Dios; y con todo, los hijos
de los hombres, que tanto necesitan la ayuda que Dios solamente
puede dar, parecen satisfechos andando sin la luz del Espíritu ni la
compañía de su presencia.