Página 121 - Primeros Escritos (1962)

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El orden evangélico
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que puede seguir la iglesia para estar sin culpa en este asunto, porque
a ella incumbe la carga.
Vi que puede cerrarse esta puerta por la cual el enemigo entra
para perturbar la grey y dejarla perpleja. Pregunté al ángel cómo
podía cerrarse. Dijo: “La iglesia debe recurrir a la Palabra de Dios
y establecerse en el orden evangélico, que ha sido pasado por alto
y descuidado.” Esto es indispensable para introducir en la iglesia
unidad y fe. Vi que en el tiempo de los apóstoles la iglesia estaba
en peligro de ser engañada y explotada por los falsos maestros. Por
lo tanto los hermanos eligieron a hombres que habían dado buenas
pruebas de que eran capaces de gobernar bien su propia casa y
conservar el orden en sus propias familias, y que fuesen capaces
de iluminar a los que estaban en tinieblas. Se interrogó a Dios
acerca de ellos, y luego, de acuerdo con el parecer de la iglesia y
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del Espíritu Santo, fueron puestos aparte por la imposición de las
manos. Habiendo recibido su mandato de Dios y una vez aprobados
por la iglesia, salieron a bautizar en el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo, y a administrar los ritos de la casa del Señor,
sirviendo a menudo a los santos, presentándoles los emblemas del
cuerpo quebrantado y la sangre derramada del Salvador crucificado,
a fin de mantener frescos en la memoria de sus amados hijos sus
sufrimientos y su muerte.
Vi que nosotros no estamos más seguros ahora que la iglesia
en los tiempos de los apóstoles en lo que respecta a los falsos
maestros; y, aun cuando no vayamos más lejos, debemos tomar
medidas tan especiales como las que ellos tomaban para asegurar
la paz, la armonía y la unión de la grey. Tenemos su ejemplo, y
debemos seguirlo. Los hermanos de experiencia y de sano criterio
deben reunirse, y siguiendo la Palabra de Dios y la sanción del
Espíritu Santo, debieran, con ferviente oración, imponer las manos
a aquellos que dieron pruebas claras de que recibieron su mandato
de Dios, y ponerlos aparte para que se dediquen por completo a su
obra. Este acto revelaría la sanción que la iglesia les da para que
salgan como mensajeros a proclamar el mensaje más solemne que
fuera dado alguna vez a los hombres.
Dios no confiará el cuidado de su preciosa grey a hombres cuyo
juicio y ánimo hayan sido debilitados por errores anteriores, como
el así llamado perfeccionismo y el espiritismo, hombres que, por