Página 13 - Primeros Escritos (1962)

Basic HTML Version

Mientras estaba leyendo un sermón en la iglesia bautista un domin-
go, el Espíritu Santo conmovió su corazón y se sintió inducido a
aceptar a Jesucristo como su Salvador. Se dedicó a estudiar la Pala-
bra de Dios, resuelto a encontrar en ella una respuesta satisfactoria
para todas sus preguntas y conocer las verdades presentadas en sus
páginas.
Durante dos años dedicó gran parte de su tiempo a un estudio de
las Escrituras versículo por versículo. Estaba resuelto a no pasar a un
nuevo texto antes de haber encontrado una explicación satisfactoria
del anterior. Tenía delante de sí sólo su Biblia y una concordancia.
Con el tiempo llegó a estudiar las profecías relativas a la segunda
venida literal y personal de Cristo. También consideró las grandes
profecías referentes a ciertos plazos de tiempo, particularmente la
de Daniel 8 y 9 que menciona los 2300 días y que él vinculó con
la profecía de Apocalipsis 14 y el mensaje del ángel encargado de
proclamar la hora del juicio divino.
Apocalipsis 14:6, 7
. En
Primeros
Escritos, 229
, la Sra. de White declara que “Dios envió a su ángel
para que moviese el corazón” de Miller, “y lo indujese a escudriñar
las profecías.”
En su infancia, la Sra. de White oyó a Miller dictar dos ciclos de
conferencias en la ciudad de Portland, estado de Maine. Su corazón
recibió impresiones profundas y duraderas. Permitámosle presentar-
nos los cálculos referentes a las profecías como el pastor Miller los
exponía a sus auditorios, pues ella lo explica así en
El Conflicto de
los Siglos:
[x]
“La profecía que parecía revelar con la mayor claridad el
tiempo
del segundo advenimiento, era la de (
Daniel 8:14, VM
): ‘Hasta
dos mil y trescientas tardes y mañanas; entonces será purificado el
Santuario.’ Siguiendo la regla que se había impuesto, de dejar que las
Sagradas Escrituras se interpretasen a sí mismas, Miller llegó a saber
que un día en la profecía simbólica representa un año (
Números
14:34
;
Ezequiel 4:6
); vió que el período de los 2.300 días proféticos,
o años literales, se extendía mucho más allá del fin de la era judaica,
y que por consiguiente no podía referirse al santuario de aquella
economía. Miller aceptaba la creencia general de que durante la era
cristiana la tierra es el santuario, y dedujo por consiguiente que la
purificación del santuario predicha en (
Daniel 8:14
) representaba
la purificación de la tierra con fuego en el segundo advenimiento