Página 155 - Primeros Escritos (1962)

Basic HTML Version

Introducción
151
espiritual. El mandato dado a los apóstoles pertenecía a la edad
cristiana, y abarcaba toda la extensión de ella. Por consiguiente, los
dones se perdieron únicamente por causa de la apostasía, y volverán
a vivir con el reavivamiento de la fe y práctica primitivas.
En (
1 Corintios 12:28
), se nos informa que Dios puso o fijó
ciertos dones espirituales en la iglesia. En ausencia de toda prueba
bíblica de que haya eliminado o abolido estos dones, debemos con-
cluir que estaban destinados a permanecer. ¿Dónde está la prueba de
que fueron abolidos? En el mismo capítulo donde el sábado judío
[136]
es abolido y el sábado cristiano instituido —en un capítulo de los
Hechos del Misterio de Iniquidad y del Hombre de Pecado. Pero
el objetante asevera tener una prueba bíblica de que los dones iban
a cesar, en el siguiente texto: “El amor nunca deja de ser; pero las
profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando
venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando
yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como
niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora
vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fuí conocido.
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor.”.
1 Corintios
13:8-13
.
Este pasaje predice la cesación de los dones espirituales, y tam-
bién de la fe y la esperanza. Pero
¿cuándo
iban a cesar? Será cuando
venga lo perfecto, cuando ya no veamos como a través de un cristal
obscurecido, sino cara a cara. El día perfecto, cuando los justos son
hechos perfectos y ven como son vistos, está todavía en el futuro.
Es verdad que el hombre de pecado, cuando se hubo desarrollado,
puso a un lado “lo que era de niño,” como las profecías, el don de
lenguas, el conocimiento, y también la fe, la esperanza y la caridad
de los cristianos primitivos. Pero nada hay en nuestro pasaje para
demostrar que Dios quiso quitar los dones que había puesto una vez
en la iglesia, antes de la consumación de su fe y esperanza, antes
que la gloria del estado inmortal eclipsase las manifestaciones más
brillantes del poder espiritual y del conocimiento que se hayan visto
en el estado mortal.
La objeción basada en (
2 Timoteo 3:16
), que algunos han pre-
[137]
sentado con toda gravedad, no merece más que una frase al pasar. Si