Página 158 - Primeros Escritos (1962)

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Primeros Escritos
discípulos, fué declarado explícitamente por los ángeles que ese
mismo Jesús vendría así como le habían visto ir al cielo. De ahí que
Jesús, al predecir la obra de los falsos profetas de los últimos días,
dice: “Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o
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mirad, está en los aposentos, no lo creáis.” Toda profecía verdadera
al respecto debe reconocer que vendrá del cielo en forma visible.
¿Por qué no dijo Jesús: En tal caso, rechazad toda profecía, porque
no habrá ya verdaderos profetas?
“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a
otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar
a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo
de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de
la estatura de la plenitud de Cristo.”.
Efesios 4:11-13
.
De un versículo anterior aprendemos que cuando Cristo ascendió
al cielo, dió dones a los hombres. Entre esos dones se enumeran:
apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y doctores o maestros.
El objeto por el cual fueron dados era el perfeccionamiento de los
santos en la unidad y el conocimiento. Algunos que profesan ser
pastores y maestros actualmente sostienen que estos dones cumplie-
ron plenamente su objeto hace unos mil ochocientos años, y que
por consiguiente cesaron. ¿Por qué no ponen de lado entonces sus
títulos de pastores y maestros? Si el cargo de profeta queda limitado
por este texto a la iglesia primitiva, así también debe ser el de evan-
gelista, y todos los demás cargos; pues no se hace distinción entre
ellos.
Todos estos dones fueron dados para el perfeccionamiento de los
santos en la unidad, el conocimiento y el espíritu. Bajo su influencia,
la iglesia primitiva disfrutó por un tiempo de aquella unidad: “La
multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma.” Y
parece que, como consecuencia natural de esta condición de unidad,
“con
gran poder
los apóstoles daban testimonio de la resurrección
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del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.”.
Hechos
4:31-33
. ¡Cuán deseable sería un estado de cosas tal actualmente!
Pero la apostasía, con su influencia divisoria y agostadora, manchó
la belleza de la hermosa iglesia y la vistió de saco. La división y
el desorden fueron el resultado. Nunca hubo tan gran diversidad
de fe en la cristiandad como hoy. Si los dones fueron necesarios