Página 20 - Primeros Escritos (1962)

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cumplido el 22 de octubre de 1844 y aceptó con sinceridad la doc-
trina del sábado y la verdad del santuario como luz celestial que
iluminara su senda. Quienes formaban este grupo no se hallaban
reunidos en un lugar, sino que eran creyentes individuales aislados,
o grupos muy pequeños dispersos en la parte noreste de los Estados
Unidos.
Hiram Edson, quien pertenecía a uno de esos grupos, vivía en
la parte central del estado de Nueva York, en Port Gibson. Era
director espiritual de los adventistas que había en ese lugar, y los
creyentes se reunieron en su casa el 22 de octubre de 1844, para
aguardar con él la venida del Señor. Pero cuando llegó la media
noche, comprendieron que el Señor no vendría tan pronto como lo
habían esperado. Sufrieron un gran chasco, pero temprano por la
mañana siguiente, Hiram Edson y algunos otros fueron a la granja del
primero para orar. Mientras oraban, el nombrado sintió la seguridad
de que recibirían luz.
Un poco más tarde, mientras Edson, en compañía de un amigo,
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cruzaba un maizal en dirección al domicilio de unos adventistas, le
pareció que una mano le tocaba el hombro. Alzó los ojos y vió, como
en una visión, los cielos abiertos y a Cristo en el santuario entrando
en el lugar santísimo para comenzar su ministerio de intercesión en
favor de su pueblo, en vez de salir del santuario para purificar el
mundo por fuego, como ellos habían enseñado que iba a suceder.
Un estudio cuidadoso de la Biblia, que realizaron Hiram Edson,
el médico F. B. Hahn y el maestro O. R. L. Crozier, reveló que el
santuario que debía ser purificado al fin de los 2.300 años no era
la tierra, sino el santuario celestial, y que esa purificación se haría
mientras Cristo intercediese por nosotros en el lugar santísimo. Esta
obra o ministerio de Cristo correspondía al mensaje referente a “la
hora de su juicio” [de Dios], proclamado por el primer ángel de
[
Apocalipsis 14:6, 7
]. El Sr. Crozier escribió las conclusiones del
grupo, y las publicó, primero en hojas locales, y luego en forma más
amplia en un periódico adventista, el
Day-Star,
que se editaba en
Cincinnati, Ohío. Un número especial, del 7 de febrero de 1846, se
dedicó entero a este estudio del santuario.
Mientras se realizaba este estudio, Elena de White no lo sabía.
Ni siquiera conocía al grupo mencionado, pues ella vivía lejos de
Port Gibson, a saber, muy al este, en Portland, Maine. En tales cir-