Página 201 - Primeros Escritos (1962)

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La resurrección de Cristo
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María a comunicar a los discípulos la buena nueva. Pronto ascendió
Jesús a su Padre para oír de sus labios que aceptaba el sacrificio, y
recibir toda potestad en el cielo y en la tierra.
Los ángeles rodeaban como una nube al Hijo de Dios, y man-
daron levantar las puertas eternas para que entrase el Rey de gloria.
Vi que mientras Jesús estaba con aquella brillante hueste celestial
en presencia de Dios y rodeado de su gloria, no se olvidó de sus
discípulos en la tierra, sino que recibió de su Padre potestad para
que pudiera volver y compartirla con ellos. El mismo día regresó y
se mostró a sus discípulos, consintiendo entonces en que lo tocasen,
porque ya había subido a su Padre y recibido poder.
En esa ocasión no estaba presente Tomás, quien no quiso aceptar
humildemente el relato de los demás discípulos, sino que con firme
suficiencia declaró que no lo creería, a no ser que viera en sus manos
la señal de los clavos y pusiera su mano en el costado que atravesó la
lanza. En esto denotó Tomás falta de confianza en sus hermanos. Si
todos hubiesen de exigir las mismas pruebas, nadie recibiría ahora a
Jesús ni creería en su resurrección. Pero Dios quería que cuantos no
pudiesen ver ni oír por sí mismos al resucitado Salvador, recibieran
el relato de los discípulos. No agradó a Dios la incredulidad de
Tomás. Cuando Jesús volvió otra vez adonde estaban sus discípulos,
hallábase Tomás con ellos, y al ver a Jesús, creyó. Pero como había
declarado que no quedaría satisfecho sin la prueba de tocar añadida
a la de ver, Jesús se la dió tal como la había deseado. Entonces
Tomás exclamó: “¡Señor mío, y Dios mío!” Pero Jesús le reprendió
por su incredulidad, diciendo: “Porque me has visto, Tomás, creíste;
bienaventurados los que no vieron, y creyeron.”
Asimismo los que no tuvieron experiencia en los mensajes del
primer ángel y del segundo deben recibirlos de otros que participaron
en aquella experiencia y estuvieron al tanto de los mensajes. Así
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como Jesús fué rechazado, vi que los mensajes han sido rechazados.
Y como los discípulos declararon que no hay salvación en otro
nombre que haya sido dado a los hombres debajo del cielo, así
también deben los siervos de Dios amonestar fiel e intrépidamente
a los que abrazan tan sólo una parte de las verdades relacionadas
con el mensaje del tercer ángel, haciéndoles saber que deben aceptar
gustosamente todos los mensajes como Dios los ha dado, o no tener
participación en el asunto.