Página 212 - Primeros Escritos (1962)

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Primeros Escritos
a los profetas, y declaró que aquellos a quienes se dirigía habían
cometido un pecado mayor al rechazar y crucificar a Cristo. “¿A cuál
de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los
que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros
ahora habéis sido entregadores y matadores.”
Mientras estas palabras claras y cortantes eran pronunciadas, los
sacerdotes y gobernantes se enfurecieron, y se precipitaron contra
Esteban, crujiendo los dientes. Mas él, estando “lleno del Espíritu
Santo, puestos los ojos en el cielo, vió la gloria de Dios,” y dijo:
“He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la
diestra de Dios.” El pueblo no quiso oírle. “Dando grandes voces,
se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. Y echándole
fuera de la ciudad, le apedrearon.” Y él se arrodilló y clamó con voz
fuerte: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado.”
Vi que Esteban era un poderoso hombre de Dios, especialmente
suscitado para ocupar un lugar importante en la iglesia. Satanás
se regocijó por su muerte; porque sabía que los discípulos iban a
sentir muchísimo su pérdida. Pero el triunfo de Satanás fué corto;
porque en aquella compañía, presenciando la muerte de Esteban,
estaba alguien a quien Jesús iba a revelarse. Saulo no tomó parte
en el apedreamiento de Esteban, pero consintió en su muerte. Era
celoso en la persecución de la iglesia de Dios, a cuyos miembros
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buscaba y apresaba en sus casas, para entregarlos a aquellos que
querían matarlos. Saulo era hombre de capacidad y educación; su
celo y saber le hacían merecedor de alta estima de parte de los judíos,
mientras que era temido por muchos de los discípulos de Cristo. Sus
talentos eran empleados eficazmente por Satanás para llevar adelante
su rebelión contra el Hijo de Dios, y contra los que creían en él. Pero
Dios puede quebrantar el poder del gran adversario, y librar a los
que son llevados cautivos por él. Cristo había elegido a Saulo como
“instrumento escogido,” que predicase su nombre, fortaleciese a sus
discípulos en su obra, y lograse más que ocupar el lugar de Esteban.
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