Página 276 - Primeros Escritos (1962)

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Primeros Escritos
reprende tal conducta, y luego desafía así a los ángeles celestiales:
“¡Estos están siguiendo a Cristo y su Palabra! ¡Estos son los frutos
del sacrificio de Cristo y de la redención!” Los ángeles se desvían
con desagrado de la escena. Dios requiere de los suyos que obren
constantemente; y cuando se cansan de hacer el bien, él se cansa
de ellos. Vi que le desagrada mucho la menor manifestación de
egoísmo de parte de quienes profesan ser su pueblo, de aquellos por
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quienes Jesús no escatimó su preciosa vida. Toda persona egoísta
y codiciosa caerá al lado del camino. Como Judas, que vendió a
su Señor, traicionarán los buenos principios y una buena disposi-
ción noble y generosa por una pequeña porción de las ganancias
terrenales. Todos los tales serán eliminados del pueblo de Dios. Los
que quieran entrar en el cielo, deberán, con toda la energía que po-
sean, alentar los principios del cielo. En vez de marchitarse en el
egoísmo, sus almas se expanderán en la benevolencia. Es necesario
aprovechar toda oportunidad de hacer bien unos a otros y cultivar así
los principios del cielo. Jesús me fué presentado como el dechado
perfecto. Su vida fué sin intereses egoístas, y siempre hubo en él
manifestaciones de benevolencia desinteresada.
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