Página 277 - Primeros Escritos (1962)

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El zarandeo
Vi que algunos, con fe robusta y gritos acongojados, clamaban
ante Dios. Estaban pálidos y sus rostros demostraban la profunda
ansiedad resultante de su lucha interna. Gruesas gotas de sudor
bañaban su frente; pero con todo, su aspecto manifestaba firmeza y
gravedad. De cuando en cuando brillaba en sus semblantes la señal
de la aprobación de Dios, y después volvían a quedar en severa,
grave y anhelante actitud.
Los ángeles malos los rodeaban, oprimiéndolos con tinieblas
para ocultarles la vista de Jesús y para que sus ojos se fijaran en la
obscuridad que los rodeaba, a fin de inducirlos a desconfiar de Dios y
murmurar contra él. Su única salvaguardia consistía en mantener los
ojos alzados al cielo, pues los ángeles de Dios estaban encargados
del pueblo escogido y, mientras que la ponzoñosa atmósfera de los
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malos ángeles circundaba y oprimía a las ansiosas almas, los ángeles
celestiales batían sin cesar las alas para disipar las densas tinieblas.
De cuando en cuando Jesús enviaba un rayo de luz a los que
angustiosamente oraban, para iluminar su rostro y alentar su corazón.
Vi que algunos no participaban en esta obra de acongojada demanda,
sino que se mostraban indiferentes y negligentes, sin cuidarse de
resistir a las tinieblas que los envolvían, y éstas los encerraban como
una nube densa. Los ángeles de Dios se apartaron de ellos y acudie-
ron en auxilio de los que anhelosamente oraban. Vi ángeles de Dios
que se apresuraban a auxiliar a cuantos se empeñaban en resistir con
todas sus fuerzas a los ángeles malos y procuraban ayudarse a sí
mismos invocando perseverantemente a Dios. Pero nada hicieron
sus ángeles por quienes no procuraban ayudarse a sí mismos, y los
perdí de vista.
Pregunté cuál era el significado del zarandeo que yo había visto,
y se me mostró que lo motivaría el testimonio directo que exige
el consejo que el Testigo fiel dió a la iglesia de Laodicea. Moverá
este consejo el corazón de quien lo reciba y le inducirá a exaltar el
estandarte y a difundir la recta verdad. Algunos no soportarán este
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