Página 286 - Primeros Escritos (1962)

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Terminación del tercer mensaje
Se me señaló la época en que terminaría el mensaje del tercer
ángel. El poder de Dios había asistido a sus hijos, quienes después de
cumplir su obra estaban preparados para sobrellevar la hora de prue-
ba que les aguardaba. Habían recibido la lluvia tardía o refrigerio
de la presencia del Señor y se había reavivado el viviente testimo-
nio. Por todas partes había cundido la postrera gran amonestación,
agitando y enfureciendo a los moradores de la tierra que no habían
querido recibir el mensaje.
Vi ángeles que iban y venían de uno a otro lado del cielo. Un
ángel con tintero de escribano en la cintura regresó de la tierra y
comunicó a Jesús que había cumplido su encargo, quedando sellados
y numerados los santos. Vi entonces que Jesús, quien había estado
oficiando ante el arca de los diez mandamientos, dejó caer el incen-
sario, y alzando las manos exclamó en alta voz:
“Consumado es.”
Y toda la hueste angélica se quitó sus coronas cuando Jesús hizo
esta solemne declaración: “El que es injusto, sea injusto todavía; y
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el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique
la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.”
Todos los casos habían sido fallados para vida o para muerte.
Mientras Jesús oficiaba en el santuario, había proseguido el juicio de
los justos muertos y luego el de los justos vivientes. Cristo, habiendo
hecho expiación por su pueblo y habiendo borrado sus pecados,
había recibido su reino. Estaba completo el número de los súbditos
del reino, y consumado el matrimonio del Cordero. El reino y el
poderío fueron dados a Jesús y a los herederos de la salvación, y
Jesús iba a reinar como Rey de reyes y Señor de señores.
Al salir Jesús del lugar santísimo, oí el tintineo de las campanillas
de su túnica. Una tenebrosa nube cubrió entonces a los habitantes de
la tierra. Ya no había mediador entre el hombre culpable y un Dios
ofendido. Mientras Jesús estuvo interpuesto entre Dios y el pecador,
tuvo la gente un freno; pero cuando dejó de estar entre el hombre y el
Padre, desapareció el freno y Satanás tuvo completo dominio sobre
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