Página 294 - Primeros Escritos (1962)

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Primeros Escritos
tonces los santos vivientes y los resucitados elevaron sus voces en
un prolongado grito de triunfo. Aquellos cuerpos que habían bajado
a la tumba con los estigmas de la enfermedad y la muerte resucitaron
inmortalmente sanos y vigorosos. Los santos vivientes fueron trans-
mutados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, y arrebatados
con los salidos del sepulcro, fueron todos juntos a encontrar a su
Señor en el aire. ¡Oh! ¡cuán glorioso encuentro fué ése! Los amigos
separados por la muerte volvieron a unirse para no separarse más.
A cada lado del carro de nubes había alas, y debajo, ruedas
vivientes. Al girar las ruedas exclamaban “¡Santo!” y al batir las
alas, gritaban “¡Santo!” La comitiva de santos ángeles que rodeaba
la nube exclamaba: “¡Santo, santo, santo, Señor Dios omnipotente!”
Los santos que estaban en la nube exclamaban: “¡Gloria! ¡Aleluya!”
y el carro de nubes subía hacia la santa ciudad. Antes de entrar en
ella, se ordenaron los santos en un cuadrado perfecto con Jesús en
el centro. Sobresalía de cabeza y hombros por encima de los santos
y de los ángeles, de modo que todos los del cuadro podían ver su
majestuosa figura y amable continente.
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