Página 296 - Primeros Escritos (1962)

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Primeros Escritos
Las palabras son demasiado pobres para intentar una descrip-
ción del cielo. Siempre que se vuelve a presentar ante mi vista, el
espectátulo me anonada de admiración. Arrobada por el insupera-
ble esplendor y la excelsa gloria, dejo caer la pluma exclamando:
“¡Oh! ¡qué amor, qué maravilloso amor!” El lenguaje más exaltado
no bastaría para describir la gloria del cielo ni las incomparables
profundidades del amor del Salvador.
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