Página 150 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
ganados de sus padres. Esa era la señal deseada. “La muchacha era de
muy hermoso aspecto”, y su espontánea cortesía daba testimonio de
que poseía un corazón bondadoso y una naturaleza activa y enérgica.
Hasta aquí la mano divina había estado con Eliezer. Después de
retribuir la amabilidad de la joven dándole ricos regalos, el forastero
le preguntó por su parentela, y al enterarse que era hija de Betuel,
sobrino de Abraham, “el hombre entonces se inclinó, y adoró a
Jehová”.
Eliezer había solicitado hospedaje en la casa del padre de la
joven, y al agradecerle había revelado su relación con Abraham. Al
volver a su casa, la joven refirió lo que había sucedido, y su hermano
Labán se apresuró a buscar al forastero y a sus compañeros para que
compartieran su hospitalidad.
Eliezer no quiso tomar alimento antes de hablarles de su misión,
de su oración junto al pozo, y de todos los demás detalles. Luego
dijo: “Ahora, pues, si estáis dispuestos a hacer misericordia y ser
leales con mi señor, declarádmelo; y si no, declarádmelo también,
y así sabré qué debo hacer”. Su respuesta fue “De Jehová ha salido
esto; no podemos hablarte ni mal ni bien”.
Génesis 24:49, 50
.
Obtenido el consentimiento de la familia, preguntaron a Rebeca
si estaba dispuesta a ir tan lejos de la casa de su padre, para casarse
con el hijo de Abraham. Después de lo que había sucedido, ella
creyó que Dios la había elegido como la esposa de Isaac, y dijo: “Sí,
iré”.
El criado, previendo la alegría de su amo por el éxito de su
misión, no pudo contener sus deseos de irse, y a la mañana siguiente
se pusieron en camino hacia su país. Abraham vivía en Beerseba, e
Isaac después de apacentar el ganado en los campos vecinos, había
vuelto a la tienda de su padre, para esperar la llegada del mensajero
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de Harán. “Había salido Isaac a meditar al campo, a la hora de
la tarde, y alzando sus ojos vio los camellos que venían. Rebeca
también alzó sus ojos, vio a Isaac y descendió del camello, pues
había preguntado al criado: “¿Quién es ese hombre que viene por el
campo hacia nosotros?” Y el criado había respondido: “Este es mi
señor”. Tomó ella entonces el velo y se cubrió. El criado le contó
a Isaac todo lo que había hecho. Luego Isaac la trajo a la tienda de
su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer y la amó. Así se consoló
Isaac de la muerte de su madre”.
Génesis 24:63-67
.