Página 209 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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José y sus hermanos
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los hijos de tu padre se inclinarán a ti.
Cachorro de león, Judá; de la presa subiste, hijo mío.
Se encorvó, se echó como león, como león viejo:
¿quién lo despertará?
No será quitado el cetro de Judá
ni el bastón de mando de entre sus pies,
hasta que llegue Siloh;
a él se congregarán los pueblos”.
El león, rey de la selva, es símbolo apropiado de la tribu de
la cual descendió David, y del hijo de David, Siloh, el verdadero
“león de la tribu de Judá”, ante quien todos los poderes se inclinarán
finalmente, y a quien todas las naciones rendirán homenaje.
Para la mayoría de sus hijos Jacob predijo un futuro próspero.
Finalmente llegó al nombre de José, y el corazón del padre desbordó
al invocar las bendiciones sobre “el Nazareo de sus hermanos”.
“Rama fructífera es José,
rama fructífera junto a una fuente,
sus vástagos se extienden sobre el muro.
Le causaron amargura, le lanzaron flechas,
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lo aborrecieron los arqueros,
mas su arco se mantuvo poderoso
y los brazos de sus manos se fortalecieron
por las manos del Fuerte de Jacob, por el nombre del Pastor,
la Roca de Israel, por el Dios de tu padre, el cual te ayudará,
por el Dios omnipotente, el cual te bendecirá
con bendiciones de los cielos de arriba,
con bendiciones del abismo que está abajo,
con bendiciones de los pechos y del vientre.
Las bendiciones de tu padre fueron mayores
que las de mis progenitores;
hasta el término de los collados eternos
serán sobre la cabeza de José,
sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermano”.
Jacob había sido siempre un hombre de profundos y apasionados
afectos; su amor por sus hijos era fuerte y tierno, y el testimonio que