Página 270 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

Basic HTML Version

Capítulo 27—La ley dada a Israel
Este capítulo está basado en Éxodo 19 a 24.
Poco tiempo después de acampar junto al Sinaí, se le indicó
a Moisés que subiera al monte a encontrarse con Dios. Subió en
solitario el escabroso y empinado sendero, y llegó cerca de la nube
que señalaba el lugar donde estaba Jehová. Israel iba a entrar ahora
en una relación más estrecha y más peculiar con el Altísimo, iba a
ser recibido como iglesia y como nación bajo el gobierno de Dios.
El mensaje que se le dio a Moisés para el pueblo fue el siguiente:
“Vosotros visteis lo que hice con los egipcios, y cómo os tomé sobre
alas de águila y os he traído a mí. Ahora, pues, si dais oído a mi voz
y guardáis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos
los pueblos, porque mía es toda la tierra. Vosotros me seréis un reino
de sacerdotes y gente santa”. Véase
Éxodo 19-25
.
Moisés regresó al campamento y reunió a los ancianos y de
Israel, les repitió el mensaje divino. Su respuesta fue: “Haremos
todo lo que Jehová ha dicho”. Así concertaron un solemne pacto
con Dios, prometiendo aceptarlo como su Soberano, por lo cual se
convirtieron, en sentido especial, en súbditos de su autoridad.
[276]
Nuevamente el caudillo ascendió a la montaña; y el Señor le dijo:
“Yo vendré a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras
yo hablo contigo, y así te crean para siempre”. Cuando encontraban
dificultades en su camino, se sentían tentados a murmurar contra
Moisés y Aarón y a acusarlos de haber sacado las huestes de Israel
de Egipto para destruirlas. El Señor iba a honrar a Moisés ante ellas,
para inducir al pueblo a confiar en sus instrucciones y a cumplirlas.
Dios se propuso hacer de la ocasión en que iba a pronunciar
su ley una escena de imponente grandeza, en consonancia con el
exaltado carácter de esa ley. El pueblo debía comprender que todo
lo relacionado con el servicio a Dios debe considerarse con gran
reverencia. El Señor dijo a Moisés: “Vé al pueblo, y santifícalos
hoy y mañana. Que laven sus vestidos y estén preparados para el
266