Página 304 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
La institución del sábado, cuyo origen se remonta al Edén, es
tan antigua con el mundo mismo. Ese día fue observado por todos
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los patriarcas, desde la creación en adelante. Durante su esclavitud
en Egipto, los israelitas fueron obligados por sus amos a violar el
sábado, y perdieron en gran parte el conocimiento de su santidad.
Cuando se proclamó la ley en el Sinaí, las primeras palabras del
cuarto mandamiento fueron: “Acuérdate del sábado para santificar-
lo”, lo cual demuestra que el sábado no se instituyó entonces; se
indica su origen haciéndolo remontar a la creación. Para borrar a
Dios de la mente de los hombres, Satanás se propuso derribar este
gran monumento recordativo. Si pudiera inducir a los hombres a
olvidar a su Creador, ya no harían esfuerzos para resistir al poder
del mal, y Satanás estaría seguro de su presa.
La enemistad de Satanás contra la ley de Dios lo ha incitado a
guerrear contra cada precepto del Decálogo. Con el gran principio
del amor y la lealtad hacia Dios, el Padre de todos, se relaciona
estrechamente el principio del amor y la obediencia a los padres.
El despreciar la autoridad de los padres lleva pronto a despreciar
la autoridad de Dios. Así se explican los esfuerzos de Satanás por
menoscabar la autoridad del quinto mandamiento. Entre los paganos
se prestaba poca atención al principio ordenado en este precepto. En
muchas naciones se solía abandonar a los padres o darles muerte
cuando la vejez los incapacitaba para cuidarse a sí mismos. En la fa-
milia, se trataba a la madre con poco respeto, y después de la muerte
de su esposo, se le exigía que se sometiera a la autoridad del hijo
mayor. Moisés insistió en la obediencia filial; pero cuando los israe-
litas se apartaron de Dios, menospreciaron el quinto mandamiento
junto con los otros.
Satanás “homicida ha sido desde el principio” (
Juan 8:44
); y
en cuanto tuvo poder sobre los seres humanos, no solo los incitó a
odiarse y matarse mutuamente, sino también a desafiar atrevidamente
la autoridad de Dios, hasta el punto de violar el sexto mandamiento
como parte de su religión.
Merced a los conceptos pervertidos de lo que son los atributos
divinos, los paganos fueron inducidos a creer que los sacrificios
humanos eran necesarios para obtener el favor de sus dioses; y las
crueldades más horribles se han perpetrado bajo diferentes formas
de idolatría. Entre estas se contaba la costumbre de hacer pasar a los