Página 305 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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La enemistad de Satanás hacia la ley
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hijos por el fuego ante ídolos. Cuando uno de ellos salía ileso de esta
prueba del fuego, la gente creía que su ofrenda había sido aceptada;
al niño así librado se lo consideraba extraordinariamente favorecido
por los dioses. Era colmado de beneficios, y después muy estimado;
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y por graves que fueran sus crímenes, nunca se lo castigaba. Pero si
alguno se quemaba al pasar por el fuego, su suerte estaba decidida; se
creía que la ira de los dioses únicamente podía satisfacerse quitando
la vida a la víctima, y por consiguiente era ofrecida como sacrificio.
En épocas de gran apostasía, estas abominaciones prevalecieron
hasta cierto grado, aun entre los israelitas.
También la violación del séptimo mandamiento se practicó an-
tiguamente en nombre de la religión. Los ritos más licenciosos y
abominables llegaron a formar parte del culto pagano. Hasta los
dioses mismos se representaban como impuros, y sus adoradores
daban rienda suelta a las pasiones bajas. Prevalecían vicios contra la
naturaleza, y las fiestas religiosas se caracterizaban por una impureza
general y pública.
La poligamia se practicó desde tiempos muy antiguos. Fue uno
de los pecados que trajo la ira de Dios sobre el mundo antediluviano
y sin embargo, después del diluvio esa práctica volvió a extenderse.
Satanás hizo un premeditado esfuerzo para corromper la institución
del matrimonio, debilitar sus obligaciones, y disminuir su santidad;
pues no hay forma más segura de borrar la imagen de Dios en el
hombre, y abrir la puerta a la desgracia y al vicio.
Desde el principio de la gran controversia, Satanás se propuso
desfigurar el carácter de Dios, y despertar rebelión contra su ley; y
esta obra parece coronada de éxito. Las multitudes prestan atención
a los engaños de Satanás y se vuelven contra Dios. Pero en medio
de la obra del mal, los propósitos de Dios progresan con firmeza
hacia su realización. Él manifiesta su justicia y benevolencia hacia
todos los seres inteligentes creados por él. Por las tentaciones de
Satanás, todos los miembros de la raza humana se han convertido en
transgresores de la ley divina; pero en virtud del sacrificio de su Hijo
se abre un camino por el cual pueden regresar a Dios. Por medio de
la gracia de Cristo pueden llegar a ser capaces de obedecer la ley del
Padre. Así en todos los tiempos, de entre la apostasía y la rebelión
Dios saca a un pueblo que le es fiel un pueblo “en cuyo corazón
está” su “ley”.
Isaías 51:7
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