Página 306 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
Satanás sedujo a los ángeles mediante el engaño; de igual manera
ha realizado su obra entre los hombres, y seguirá usando este proce-
dimiento hasta el fin. Si él confiesa abiertamente que está haciendo
la guerra a Dios y a su ley, los hombres procurarían huir de él; pero
Satanás se disfraza y combina la verdad con el error. Las mentiras
más peligrosas son las que están mezcladas con la verdad. De ahí
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que se acepten errores que cautivan y arruinan el alma. Usando este
método, Satanás arrastra al mundo consigo. Pero se acerca el día en
que su triunfo terminará para siempre.
El proceder de Dios respecto a la rebelión desenmascarará com-
pletamente la obra que durante tanto tiempo se ha hecho en forma
oculta. Los resultados del dominio de Satanás y del rechazamiento
de los estatutos divinos quedarán revelados a la vista de todos los
seres racionales. La ley de Dios estará plenamente vindicada. Se
verá que todos los actos de Dios tuvieron por fin el bien eterno de su
pueblo y de todos los mundos creados. Satanás mismo, en presencia
del universo, confesará la justicia del gobierno de Dios y la rectitud
de su ley.
No está lejos el tiempo en que Dios se, levantará para vindicar
su autoridad agraviada. “He aquí que Jehová sale de su lugar para
castigar al morador de la tierra por su maldad contra él”.
Isaías 26:21
.
“¿Quién podrá soportar el tiempo de su venida? o ¿quién podrá
estar en pie cuando él se manifieste?”
Malaquías 3:2
. Por causa de
su pecaminosidad, se le prohibió al pueblo de Israel acercarse al
monte cuando Dios estaba por descender sobre él para proclamar
su ley, para evitar que sea consumido por la abrasadora gloria de
su presencia. Si estas manifestaciones de su poder señalaron el
sitio escogido para la proclamación de su ley, ¡cuán terrible no será
su tribunal cuando venga para aplicar el juicio de estos sagrados
estatutos! ¿Cómo soportarán su gloria en el gran día de la retribución
final los que pisotearon su autoridad?
Las escenas del Sinaí debían darle al pueblo una idea de las esce-
nas del juicio. El sonido de una trompeta llamó a Israel a presentarse
ante Dios. La voz del arcángel y la trompeta de Dios llamarán a
la presencia del Juez desde todos los confines de la tierra tanto a
los vivos como a los muertos. El Padre y el Hijo, asistidos por una
multitud de ángeles, estaban presentes en el monte. En el gran día
del juicio, Cristo vendrá “en la gloria de su Padre, con sus ángeles”.