Página 320 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
La parte más importante del servicio diario era la que se realiza-
ba en favor de los individuos. El pecador arrepentido traía su ofrenda
a la puerta del tabernáculo, y colocando la mano sobre la cabeza
de la víctima, confesaba sus pecados; así, en un sentido figurado,
los trasladaba de su propia persona a la víctima inocente. Con su
propia mano mataba entonces el animal, y el sacerdote llevaba la
sangre al lugar santo y la rociaba ante el velo, detrás del cual estaba
el arca que contenía la ley que el pecador había transgredido. Con
esta ceremonia y en un sentido simbólico, el pecado era trasladado
al santuario por medio de la sangre. En algunos casos no se llevaba
la sangre al lugar santo (
véase el Apéndice, nota 9
); sino que el
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sacerdote debía comer la carne, tal como Moisés ordenó a los hijos
de Aarón, diciéndoles: “Os la dio para llevar el pecado de la comuni-
dad”.
Levítico 10:17
. Las dos ceremonias simbolizaban igualmente
el traslado del pecado del hombre arrepentido al santuario.
Esta era la obra que se hacía diariamente durante todo el año.
Con el traslado de los pecados de Israel al santuario, los lugares
santos quedaban manchados, y se hacía necesaria una obra especial
para quitar de allí los pecados. Dios ordenó que se hiciera expiación
para cada una de las sagradas divisiones lo mismo que para el altar.
“Así lo limpiará y lo santificará de las inmundicias de los hijos de
Israel”.
Levítico 16:19
.
Una vez al año, en el gran día de la expiación, el sacerdote
entraba en el lugar santísimo para limpiar el santuario. La obra que
se llevaba a cabo allí completaba el ciclo anual de ceremonias.
El día de la expiación, se llevaban dos machos cabríos a la
puerta del tabernáculo, y se echaba suerte sobre ellos, “una suerte
por Jehová, y otra suerte por Azazel”.
Vers. 8
. El macho cabrío
sobre el cual caía la primera suerte debía ofrecerse como ofrenda
por el pecado del pueblo. Y el sacerdote debía de llevar la sangre
más allá del velo, y rociarla sobre el propiciatorio. ““Así purificará
el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus
rebeliones y de todos sus pecados. De la misma manera hará también
con el Tabernáculo de reunión, que está entre ellos en medio de sus
impurezas”.
Vers. 16
.
“Pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío
vivo y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel,
todas sus rebeliones y todos sus pecados. Así los pondrá sobre la