Página 332 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
instrucciones completas acerca del sistema de sacrificios y ofrendas,
y las formas del culto que debían emplearse en el santuario. De esa
manera se entregó a Moisés la ley ceremonial, que fue escrita por
él en un libro. Pero la ley de los Diez Mandamientos pronunciada
desde el Sinaí había sido escrita por Dios mismo en las tablas de
piedra, y se guardó sagradamente en el arca.
Muchos confunden estos dos sistemas y se valen de los textos
que hablan de la ley ceremonial para tratar de probar que la ley
moral fue abolida; pero esto es pervertir las Escrituras. La distinción
entre los dos sistemas es clara. El sistema ceremonial se componía
de símbolos que señalaban a Cristo, su sacrificio y su sacerdocio.
Esta ley ritual, con sus sacrificios y ordenanzas, debían los hebreos
seguirla hasta que el símbolo se cumpliera en la realidad de la
muerte de Cristo, Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.
Entonces debían cesar todas las ofrendas de sacrificio. Tal es la ley
que Cristo quitó de en medio y clavó en la cruz. Ver
Colosenses
2:14
.
Pero acerca de la ley de los Diez Mandamientos el salmista
declara: “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los
cielos”.
Salmos 119:89
. Y Cristo mismo dice: “No penséis que he
venido a abolir la Ley. [...] De cierto os digo”, recalca en todo lo
posible su aserto, “que antes que pasen el cielo y la tierra, ni una
jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido”.
Mateo 5:17, 18
. En estas palabras Cristo enseña, no solo cuáles
habían sido las demandas de la ley de Dios, y cuáles eran entonces,
sino que además ellas perdurarán tanto como los cielos y la tierra.
La ley de Dios es tan inmutable como su trono. Mantendrá sus
demandas sobre la humanidad a través de todos los siglos.
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Respecto a la ley pronunciada en el Sinaí, dice Nehemías: “Sobre
el monte Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les
diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos
buenos”.
Nehemías 9:13
. Y Pablo, el apóstol de los gentiles, declara:
“La ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo, y bueno”.
Esta ley no puede ser otra que el Decálogo, pues es la ley que dice:
“No codiciarás”.
Romanos 7:12, 7
.
Si bien la muerte del Salvador puso fin a la ley de los símbolos y
sombras, no disminuyó en lo más mínimo la obligación del hombre
hacia la ley moral. Todo lo contrario, el mismo hecho de que fuera