Página 418 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
escondida con Cristo en Dios”.
Colosenses 3:3
. Las Escrituras dicen:
“El justo florecerá como la palma: crecerá como cedro en el Líbano”.
Salmos 92:12
. La mano divina elevó el cedro a la categoría de rey
del bosque. “Los cipreses no fueron semejantes a sus ramas ni los
castaños fueron semejantes a su ramaje”.
Ezequiel 31:8
. El cedro
se usa a menudo como emblema de la realeza; y su empleo en la
Escritura, para representar a los justos, demuestra cómo el cielo
considera y aprecia a los que hacen la voluntad de Dios.
Balaam profetizó que el rey de Israel sería más grande y más
poderoso que Agag. Tal era el nombre que se daba a los reyes de los
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amalecitas, entonces nación poderosa; pero Israel, si era fiel a Dios,
subyugaría a todos sus enemigos. El Rey de Israel era el Hijo de
Dios; su trono se había de establecer un día en la tierra, y su poder
se exaltaría sobre todos los reinos terrenales.
Al escuchar las palabras del profeta, Balac quedó abrumado por
la frustración de su esperanza, por el temor y la ira. Lo indignaba el
hecho de que Balaam se hubiera atrevido a darle la menor promesa
de una respuesta favorable, cuando todo estaba resuelto contra él.
Miraba con desprecio la conducta transigente y engañosa del profeta.
El rey exclamó airado: “Ahora huye a tu lugar; yo dije que te honra-
ría, pero Jehová te ha privado de honra”. La contestación que recibió
el rey fue que se le había prevenido que Balaam únicamente podría
pronunciar el mensaje dado por Dios. Antes de volver a su pueblo,
Balaam emitió una hermosísima y sublime profecía con respecto
al Redentor del mundo y a la destrucción final de los enemigos de
Dios:
“Lo veo, mas no ahora; lo contemplo,
mas no de cerca: Saldrá estrella de Jacob,
se levantará cetro de Israel, y herirá las sienes de Moab
y destruirá a todos los hijos de Set”.
Y concluyó prediciendo el exterminio total de Moab y de Edom,
de Amalec y de los cineos, con lo que privó al rey de los moabitas
de todo rayo de esperanza.
Frustrado en sus esperanzas de riquezas y de elevación, en des-
gracia con el rey, y sabiendo que había incurrido en el desagrado de
Dios, Balaam volvió de la misión que se había impuesto a sí mis-