Página 469 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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La alianza con los Gabaonitas
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los hebreos, los gabaonitas habían recurrido a esa estratagema para
conservar la vida.
Fue grande la indignación de los israelitas cuando supieron que
se los había engañado. Y esta indignación aumentó cuando después
de tres días de viaje, llegaron a las ciudades de los gabaonitas, cerca
del centro del país. “Toda la congregación empezó a murmurar contra
los príncipes”; pero estos rehusaron quebrantar la alianza que habían
hecho a pesar de que fue lograda por fraude porque habían “jurado
por Jehová Dios de Israel”. “Y los hijos de Israel no los mataron”.
Los gabaonitas se habían comprometido solemnemente a renunciar
a la idolatría, y a aceptar el culto de Jehová; y al perdonarles la vida,
no se violaba el mandamiento de Dios que ordenaba la destrucción
de los cananeos idólatras. De manera que por su juramento los
hebreos no se habían comprometido a cometer pecado. Y aunque
el juramento se había obtenido por engaño no debía ser violado.
La obligación incurrida al empeñar uno su palabra, con tal que no
sea para cometer un acto malo o ilícito, debe tenerse por sagrada.
Ninguna consideración de ganancia material, venganza o interés
personal, puede afectar la inviolabilidad de un juramento o promesa.
“Los labios mentirosos son abominación a Jehová”. “Subirá al monte
de Jehová” y “estará en lugar de su santidad” el que “aun jurado en
perjuicio suyo, no por eso cambia”.
Proverbios 12:22
;
Salmos 24:3
;
15:4
.
A los gabaonitas se les permitió vivir, pero se los destinó a prestar
servicios en el santuario, a desempeñar todos los trabajos inferiores.
“Aquel día Josué los destinó a ser leñadores y aguadores para la
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congregación y para el altar de Jehová”. Ellos aceptaron agradecidos
esta imposición, y sabiendo que eran culpables, se conformaron con
comprar su vida bajo cualesquiera condiciones. “Ahora, pues, esta-
mos en tus manos -dijeron a Josué-; lo que te parezca bueno y recto
hacer de nosotros, hazlo”. Durante muchos siglos sus descendientes
estuvieron vinculados con el servicio del santuario.
El territorio de los gabaonitas comprendía cuatro ciudades. El
pueblo no estaba bajo la soberanía de un rey, sino que lo gobernaban
ancianos o senadores. Gabaón, la más importante de sus ciudades,
“era tan grande, como una de las ciudades reales”, “y todos sus
hombres eran valientes”. El hecho de que el pueblo de esa ciudad