Página 613 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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David y Goliat
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Había un tono de intrepidez en su voz y una mirada de triunfo y
regocijo en su bello semblante. Este discurso, pronunciado con voz
clara y musical, resonó por los aires, y lo oyeron distintamente los
miles que escuchaban, convocados para la guerra. La ira de Goliat
llegó al extremo. Furiosamente, empujó hacia atrás el yelmo que le
protegía la frente, y corrió para vengarse de su adversario. El hijo
de Isaí se estaba preparando para recibir a su enemigo. “Aconteció
que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro
de David, David se dio prisa y corrió a la línea de batalla contra el
filisteo. Metió David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, la
tiró con la honda e hirió al filisteo en la frente. La piedra se le clavó
en la frente y cayó a tierra sobre su rostro”.
El asombro cundió entre las filas de los dos ejércitos. Habían
estado seguros de que David perecería; pero cuando la piedra cruzó
el aire zumbando y dio de lleno en el blanco, vieron al poderoso
guerrero temblar y extender las manos, como herido de una ceguera
repentina. El gigante se tambaleó y como una encina herida cayó
al suelo. David no se demoró un solo instante. Se lanzó sobre el
postrado filisteo y asió con las dos manos la pesada espada de
Goliat. Un momento antes el gigante se había jactado de que con
ella separaría la cabeza de los hombros del joven, y daría su cuerpo
a las aves del cielo. Ahora el arma se elevó en el aire, y la cabeza del
jactancioso rodó apartándose del tronco, y un grito de triunfo subió
del campamento de Israel.
El pánico se apoderó de los filisteos, y la confusión provocó una
retirada precipitada. Los gritos de los hebreos victoriosos repercutían
por las cumbres de las montañas, mientras corrían apresuradamente
detrás de sus enemigos que huían; y “siguieron tras los filisteos
hasta el valle y hasta las puertas de Ecrón. Muchos filisteos cayeron
heridos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecrón. Regresaron los
hijos de Israel de perseguir a los filisteos, y saquearon su campa-
mento”.
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