Página 641 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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La muerte de Saúl
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asumir entonces la forma de Samuel como tomar la de un ángel de
luz cuando tentó a Cristo en el desierto.
Las primeras palabras de la mujer cuando estuvo bajo la influen-
cia de su encantamiento se dirigieron al rey: “¿Por qué, pues, me
pones esta trampa para hacerme morir?” De modo que el primer
acto del espíritu malo que se presentó como el profeta consistió en
comunicarse secretamente con esta mujer impía, para advertirla de
cómo se la había engañado. El mensaje que el profeta fingido le dio
a Saúl fue: “¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Saúl
respondió: “Estoy muy angustiado, pues los filisteos pelean contra
mí. Dios se ha apartado de mí y ya no me responde, ni por medio de
los profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me digas
lo que debo hacer””.
Mientras vivía Samuel, Saúl había menospreciado su consejo,
y manifestado resentimiento por sus reproches. Pero ahora, en la
hora de su aflicción y calamidad, consideró la dirección del profeta
como la única esperanza, y para comunicarse con el embajador del
cielo, recurrió en vano a la mensajera del infierno. Saúl se había
colocado totalmente en poder de Satanás; y ahora aquel que se
deleita únicamente en causar miseria y destrucción aprovechó bien
la oportunidad para labrar la ruina del desgraciado rey. En respuesta
a la súplica de Saúl en su agonía, recibió de los supuestos labios de
Samuel el terrible mensaje:
“¿Para qué me preguntas a mí, si Jehová se ha apartado de ti
y es tu enemigo? Jehová te ha hecho como predijo por medio de
mí, pues Jehová ha arrancado el reino de tus manos y lo ha dado a
tu compañero, David. Como tú no obedeciste a la voz de Jehová,
ni atendiste al ardor de su ira contra Amalec, por eso Jehová te ha
hecho esto hoy. Junto contigo, Jehová entregará a Israel en manos
de los filisteos; mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos. Jehová
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entregará también al ejército de Israel en manos de los filisteos”.
A través de toda su carrera de rebelión, Saúl había sido halagado
y engañado por Satanás. Es tarea del tentador empequeñecer el
pecado, hacer el sendero de la transgresión fácil y agradable, cegar
la mente a las advertencias y las amenazas del Señor. Satanás, por
su poder hechicero, había inducido a Saúl a justificarse en desafío
de las reprensiones y advertencias de Samuel. Pero ahora, en su
extrema necesidad, se volvía contra él, presentándole la enormidad