Página 699 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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La rebelión de Absalón
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Así se cumplió la palabra que Dios había dirigido a David por
medio del profeta: “Yo haré que de tu misma casa se alce el mal
contra ti. Tomaré a tus mujeres delante de tus ojos y las entregaré
a tu prójimo [...]. Porque tú lo hiciste en secreto; pero yo haré esto
delante de todo Israel y a pleno sol”.
2 Samuel 12:11, 12
. No era que
Dios instigara estos actos de impiedad; sino que a causa del pecado
de David, el Señor no ejerció su poder para evitarlos.
Ahitofel había sido muy estimado por su sabiduría, pero le falta-
ba la luz que viene de Dios. “El temor de Jehová es el principio de la
sabiduría” (
Proverbios 9:10
), y este temor, Ahitofel no lo poseía; de
otra manera difícilmente habría fundado el éxito de la traición en el
crimen del incesto. Los hombres de corazón corrompido maquinan
la impiedad, como si no hubiese una Providencia capaz de predo-
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minar para contrariar sus designios; pero “el que mora en los cielos
se reirá; el Señor se burlará de ellos”.
Salmos 2:4
. El Señor declara:
“Rechazaron mi consejo y menospreciaron todas mis reprensiones,
comerán del fruto de su camino y se hastiarán de sus propios conse-
jos. Porque el desvío de los ignorantes los matará, la prosperidad de
los necios los echará a perder”.
Proverbios 1:30-32
.
Habiendo tenido éxito en el plan destinado a afianzar su propia
seguridad, Ahitofel señaló insistentemente a Absalón la necesidad
de obrar inmediatamente contra David. “Yo escogeré ahora doce mil
hombres, me levantaré y seguiré a David esta noche. Caeré sobre él
mientras está cansado y sin fuerzas; lo atemorizaré y todo el pueblo
que está con él huirá. Mataré solamente al rey, y así haré que todo el
pueblo se vuelva hacia ti”.
Este proyecto fue aprobado por los consejeros del rey. Si se lo
hubiese puesto en práctica, David habría sido muerto seguramen-
te, a menos que el Señor se hubiera interpuesto directamente para
salvarlo. Pero una sabiduría aun más alta que la del renombrado
Ahitofel dirigía los acontecimientos. “Jehová había ordenado que el
acertado consejo de Ahitofel se frustrara, para traer Jehová la ruina
sobre Absalón”.
A Husai no se le había llamado al concilio, y no quiso intervenir
sin que se lo pidieran, por temor de que se sospechara de él como
espía; pero después que se hubo dispersado la asamblea, Absalón que
tenía en alto aprecio el juicio del consejero de su padre, le sometió