Página 701 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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La rebelión de Absalón
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a los hombres con promesas halagadoras, pero al final toda alma
comprobará que “la paga del pecado es muerte”.
Romanos 6:23
.
No estando seguro Husai de que su consejo fuera seguido por el
rey inconstante, no perdió tiempo en advertir a David que huyera sin
demora más allá del Jordán. Husai envió a los sacerdotes el siguiente
mensaje, que ellos habían de transmitir por intermedio de sus hijos:
“Ahitofel ha aconsejado así y así a Absalón y a los ancianos de Israel;
y esto otro aconsejé yo. Por tanto, [...] “no te quedes esta noche en
los llanos del desierto, sino pasa enseguida el Jordán, para que no
sea exterminado el rey y todo el pueblo que con él está””.
Los jóvenes que se encargaron de llevar el mensaje fueron per-
seguidos porque se sospechó de ellos, pero lograron llevar a cabo
su peligrosa misión. David, estando harto rendido de trabajo y de
dolor después de aquel primer día de huida, recibió el mensaje que
le aconsejaba cruzar el Jordán aquella noche, pues su hijo trataba de
matarle.
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¿Cuáles eran en este peligro terrible los sentimientos del padre
y rey, tan cruelmente agraviado? ¿Con qué palabras expresó lo que
sentía su alma el que era “hombre valiente”, guerrero y rey, cuya
palabra era ley, ahora traicionado por un hijo a quien había amado
y mimado y en quien había confiado imprudentemente, mientras
era agraviado y abandonado por los súbditos ligados a él por los
vínculos más estrechos del honor y de la lealtad? En la hora de su
prueba más negra, el corazón de David se apoyó en Dios, y cantó:
“¡Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios!
Muchos son los que se levantan contra mí; muchos son
los que dicen de mí:
“No hay para él salvación en Dios”.
Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria,
y el que levanta mi cabeza.
Con mi voz clamé a Jehová
y él me respondió desde su monte santo.
Yo me acosté y dormí, y desperté,
porque Jehová me sustentaba.