Página 84 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Capítulo 8—Después del diluvio
Las aguas subieron quince codos sobre las más altas montañas.
A menudo le pareció a la familia que ocupaba el arca que todos
perecerían, pues durante cinco largos meses su buque flotó de un
lado para otro, aparentemente a merced del viento y las olas. Fue una
prueba grave; pero la fe de Noé no vaciló, pues tenía la seguridad de
que la mano divina empuñaba el timón.
Cuando las aguas comenzaron a bajar, el Señor guió el arca hacia
un lugar protegido por un grupo de montañas conservadas por su
poder. Estas montañas estaban muy poco separadas entre sí, y el
arca se mecía en este quieto refugio, sin que el inmenso océano la
agitara. Esto alivió a los cansados y sacudidos viajeros.
Noé y su familia esperaban ansiosamente que bajaran las aguas;
pues anhelaban volver a pisar tierra firme. Cuarenta días después
que se hicieron visibles las cimas de las montañas, enviaron un
cuervo, ave de olfato delicado, para ver si la tierra ya estaba seca. No
encontrando más que agua, el ave continuó yendo y viniendo. Siete
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días después, se envió una paloma, la cual al no encontrar dónde
posarse, regresó al arca. Noé esperó siete días más, y una vez más
envió la paloma. Cuando esta regresó por la tarde con una hoja de
olivo en el pico, hubo gran gozo en el arca. Más tarde “quitó Noé
la cubierta del arca, miró y vio que la faz de la tierra estaba seca”.
Génesis 8:13
. Todavía esperó pacientemente dentro del arca. Como
había entrado obedeciendo un mandato de Dios, esperó hasta recibir
instrucciones especiales para salir.
Finalmente descendió un ángel del cielo, abrió la maciza puerta
y mandó al patriarca y a su familia a salir a tierra, y llevar consigo
todo ser viviente. En su regocijo por verse libre, Noé no se olvidó
de Aquel en virtud de cuyo misericordioso cuidado habían sido
protegidos. Su primer acto después de salir del arca fue construir un
altar y ofrecer un sacrificio de toda clase de bestias y aves limpias,
con lo que manifestó su gratitud hacia Dios por su liberación, y su fe
en Cristo, el gran sacrificio. Esta ofrenda agradó al Señor y de esto
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