Página 106 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
para entrar en lo que parezca ser sólo un sendero de abnegación,
trabajos y sacrificios. Dios tiene una obra para ellos; pero una vida
fácil y la influencia de las amistades y los parientes impediría el
desarrollo de los rasgos esenciales para su realización. Los llama
para que se aparten de las influencias y los auxilios humanos, y les
hace sentir la necesidad de su ayuda, y de depender sólo de Dios,
para que él mismo pueda revelarse a ellos. ¿Quién está listo para
renunciar a los planes que ha abrigado y a las relaciones familiares en
cuanto le llame la Providencia? ¿Quién aceptará nuevas obligaciones
y entrará en campos inexplorados para hacer la obra de Dios con
buena voluntad y firmeza y contar sus pérdidas como ganancia por
amor a Cristo? El que haga esto tiene la fe de Abrahán, y compartirá
con él el “sobremanera alto y eterno peso de gloria,” con el cual no
se puede comparar “lo que en este tiempo se padece.”
2 Corintios
4:17
;
Romanos 8:18
.
El llamamiento del cielo le llegó a Abrahán por primera vez
mientras vivía en “Ur de los Caldeos” (
Génesis 11:31
) y, obediente,
se trasladó a Harán. Hasta allí lo acompañó la familia de su padre,
pues con su idolatría ella mezclaba la adoración del Dios verdadero.
Allí permaneció Abrahán hasta la muerte de Taré. Pero después de
la muerte de su padre la voz divina le ordenó proseguir su pere-
grinación. Su hermano Nacor, con toda su familia, se quedó en su
hogar y con sus ídolos. Además de Sara, la esposa de Abrahán, sólo
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Lot, cuyo padre Harán había fallecido hacía mucho tiempo, escogió
participar de la vida de peregrinaje del patriarca. Sin embargo, fué
una gran compañía la que salió de Mesopotamia. Abrahán ya poseía
gran cantidad de ganado vacuno y lanar, que eran las riquezas del
Oriente, e iba acompañado de un gran número de criados y personas
dependientes de él. Se alejaba de la tierra de sus padres para nunca
más volver, y llevó consigo todo lo que poseía, “toda su hacienda
que habían ganado, y las almas que habían adquirido en Harán.”
Génesis 12:5
. Entre los que le acompañaban muchos eran guiados
por motivos más altos que el interés propio. Mientras estuvieron
en Harán, Abrahán y Sara los habían inducido a adorar y servir al
Dios verdadero. Estos se agregaron a la familia del patriarca, y le
acompañaron a la tierra prometida. “Y salieron para ir a tierra de
Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.”
Vers. 5
.