Página 210 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
Encorvóse, echóse como león, así como león viejo;
¿Quién lo despertará?
No será quitado el cetro de Judá,
Y el legislador de entre sus pies,
Hasta que venga Shiloh;
Y a él se congregarán los pueblos.”
El león, rey de la selva, es símbolo apropiado de la tribu de
la cual descendió David, y del hijo de David, Shiloh, el verdadero
“león de la tribu de Judá,” ante quien todos los poderes se inclinarán
finalmente, y a quien todas las naciones rendirán homenaje.
Para la mayoría de sus hijos Jacob predijo un futuro próspero.
Finalmente llegó al nombre de José, y el corazón del padre desbordó
al invocar las bendiciones sobre “el Nazareo de sus hermanos.”
“Ramo fructífero José,
Ramo fructífero junto a fuente,
Cuyos vástagos se extienden sobre el muro.
Y causáronle amargura, y asaeteáronle,
Y aborreciéronle los archeros:
Mas su arco quedó en fortaleza,
Y los brazos de sus manos se corroboraron
Por las manos del Fuerte de Jacob,
(De allí el pastor y la piedra de Israel,)
Del Dios de tu padre, el cual te ayudará,
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Y del Omnipotente, el cual te bendecirá
Con bendiciones de los cielos de arriba,
Con bendiciones del abismo que está abajo,
Con bendiciones del seno y de la matriz.
Las bendiciones de tu padre fueron mayores
Que las bendiciones de mis progenitores:
Hasta el término de los collados eternos
Serán sobre la cabeza de José,
Y sobre la mollera del Nazareo de sus hermanos.”
Jacob había sido siempre un hombre de profundos y ardientes
afectos; su amor por sus hijos era fuerte y tierno, y el testimonio que
dió de ellos en su lecho de muerte no fué expresión de parcialidad