Página 229 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Capítulo 23—Las plagas de Egipto
Este capítulo está basado en Éxodo 5.
Habiendo recibido instrucciones de los ángeles, Aarón salió a
recibir a su hermano, de quien había estado tanto tiempo separado.
Se encontraron en las soledades del desierto cerca de Horeb. Allí
conversaron, y “contó Moisés a Aarón todas las palabras de Jehová
que le enviaba, y todas las señales que le había dado.” Juntos hicieron
el viaje a Egipto; y habiendo llegado a la tierra de Gosén, procedieron
a reunir a los ancianos de Israel. Aarón les explicó cómo Dios se
había comunicado con Moisés, y éste reveló al pueblo las señales
que Dios le había dado. “Y el pueblo creyó: oyendo que Jehová
había visitado los hijos de Israel, y que había visto su aflicción,
inclináronse y adoraron.”
Éxodo 4:28, 31
.
A Moisés se le había dado también un mensaje para el rey. Los
dos hermanos entraron en el palacio de Faraón como embajadores
del Rey de reyes, y hablaron en su nombre: “Jehová, el Dios de
Israel, dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.”
(Véase Exodo 5-11.)
“¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz?—preguntó el mo-
narca quien añadió:—Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir
a Israel.”
A esto contestaron ellos: “El Dios de los Hebreos nos ha en-
contrado: iremos, pues, ahora, camino de tres días por el desierto,
y sacrificaremos a Jehová nuestro Dios; porque no venga sobre
nosotros con pestilencia o con espada.”
Ya el rey había oído hablar de ellos y del interés que estaban
despertando entre el pueblo. Se encendió su ira y les dijo: “Moisés y
Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su obra? Idos a vuestros
cargos.” Ya el reino había sufrido una gran pérdida debido a la
intervención de estos forasteros. Al pensar en ello, añadió: “He aquí
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el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de
sus cargos.”
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