Página 26 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
Mientras vivieron obedeciendo a Dios, este atavío de luz continuó
revistiéndolos.
Después de la creación de Adán, toda criatura viviente fué traída
ante su presencia para recibir un nombre; vió que a cada uno se le
había dado una compañera, pero entre todos ellos no había “ayuda
idónea para él.” Entre todas las criaturas que Dios había creado en
la tierra, no había ninguna igual al hombre. “Y dijo Jehová Dios:
No es bueno que el hombre esté solo, haréle ayuda idónea para
él.”
Génesis 2:18
. El hombre no fué creado para que viviese en la
soledad; había de tener una naturaleza sociable. Sin compañía, las
bellas escenas y las encantadoras ocupaciones del Edén no hubiesen
podido proporcionarle perfecta felicidad. Aun la comunión con
los ángeles no hubiese podido satisfacer su deseo de simpatía y
compañía. No existía nadie de la misma naturaleza y forma a quien
amar y de quien ser amado.
Dios mismo dió a Adán una compañera. Le proveyó de una
“ayuda idónea para él,” alguien que realmente le correspondía, una
persona digna y apropiada para ser su compañera y que podría ser
una sola cosa con él en amor y simpatía. Eva fué creada de una
costilla tomada del costado de Adán; este hecho significa que ella
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no debía dominarle como cabeza, ni tampoco debía ser humillada
y hollada bajo sus plantas como un ser inferior, sino que más bien
debía estar a su lado como su igual, para ser amada y protegida por él.
Siendo parte del hombre, hueso de sus huesos y carne de su carne,
era ella su segundo yo; y quedaba en evidencia la unión íntima
y afectuosa que debía existir en esta relación. “Porque ninguno
aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y regala.” “Por
tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y allegarse ha a su
mujer, y serán una sola carne.”
Efesios 5:29
;
Génesis 2:24
.
Dios celebró la primera boda. De manera que la institución del
matrimonio tiene como su autor al Creador del universo. “Honroso
es en todos el matrimonio.”
Hebreos 13:4
. Fué una de las primeras
dádivas de Dios al hombre, y es una de las dos instituciones que,
después de la caída, llevó Adán consigo al salir del paraíso. Cuando
se reconocen y obedecen los principios divinos en esta materia, el
matrimonio es una bendición: salvaguarda la felicidad y la pureza
de la raza, satisface ias necesidades sociales del hombre y eleva su
naturaleza física, intelectual y moral.