Página 350 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
el Señor le habría guiado continuamente, y le habría dado fortaleza
para toda emergencia.
A Moisés se le dieron instrucciones para que preparara al pueblo
para lo que Dios iba a hacer en su favor. “Santificaos para mañana,
y comeréis carne: pues que habéis llorado en oídos de Jehová, di-
ciendo: ¡Quién nos diera a comer carne! ¡cierto mejor nos iba en
Egipto! Jehová, pues, os dará carne, y comeréis. No comeréis un
día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días; sino hasta
un mes de tiempo, hasta que os salga por las narices, y os sea en
aborrecimiento: por cuanto menospreciasteis a Jehová que está en
medio de vosotros, y llorasteis delante de él, diciendo: ¿Para qué
salimos acá de Egipto?”
“Seiscientos mil de a pie es el pueblo en medio del cual yo
estoy—dijo Moisés;—y tú dices: Les daré carne, y comerán el tiem-
po de un mes. ¿Se han de degollar para ellos ovejas y bueyes que les
basten? ¿o se juntarán para ellos todos los peces de la mar para que
tengan abasto?”
Dios le reprendió así por su falta de confianza: “¿Hase acortado
la mano de Jehová? ahora verás si te sucede mi dicho, o no.”
Moisés repitió al pueblo las palabras del Señor, y le anunció
el nombramiento de los setenta ancianos. Las instrucciones que el
gran jefe les dió a estos hombres escogidos podrían muy bien servir
como modelo de integridad judicial para los jueces y legisladores
de los tiempos modernos: “Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad
justamente entre el hombre y su hermano, y el que le es extranjero.
No tengáis respeto de personas en el juicio: así al pequeño como el
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grande oiréis: no tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de
Dios.”
Deuteronomio 1:16, 17
.
Luego Moisés hizo comparecer a los setenta ante el tabernáculo.
“Entonces Jehová descendió en la nube, y hablóle; y tomó del espíritu
que estaba en él, y púsolo en los setenta varones ancianos; y fué
que, cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.”
Como los discípulos en el día de Pentecostés, fueron “investidos
de potencia de lo alto.”
Lucas 24:49
. Plugo al Señor prepararlos
así para su obra, y honrarlos en presencia del pueblo, para que se
estableciera confianza en ellos como hombres escogidos divinamente
para participar con Moisés en el gobierno de Israel.