Página 42 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
do y miseria. Pero después de la caída, se encomendó a los santos
ángeles que custodiaran el árbol de la vida. Estos ángeles estaban
rodeados de rayos luminosos semejantes a espadas resplandecientes.
A ningún miembro de la familia de Adán se le permitió traspasar esa
barrera para comer del fruto de la vida; de ahí que no exista pecador
inmortal.
La ola de angustia que siguió a la transgresión de nuestros prime-
ros padres es considerada por muchos como un castigo demasiado
severo para un pecado tan insignificante; y ponen en tela de juicio
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la sabiduría y la justicia de Dios en su trato con el hombre. Pero si
estudiasen más profundamente el asunto, podrían discernir su error.
Dios creó al hombre a su semejanza, libre de pecado. La tierra debía
ser poblada con seres algo inferiores a los ángeles; pero debía pro-
barse su obediencia; pues Dios no había de permitir que el mundo
se llenara de seres que menospreciasen su ley. No obstante, en su
gran misericordia, no señaló a Adán una prueba severa. La misma
levedad de la prohibición hizo al pecado sumamente grave. Si Adán
no pudo resistir la prueba más ínfima, tampoco habría podido re-
sistir una mayor, si se le hubiesen confiado responsabilidades más
importantes.
Si Adán hubiese sido sometido a una prueba mayor, entonces
aquellos cuyos corazones se inclinan hacia lo malo se hubiesen dis-
culpado diciendo: “Esto es algo insignificante, y Dios no es exigente
en las cosas pequeñas.” Y así hubiera habido continuas transgre-
siones en las cosas aparentemente pequeñas, que pasan sin censura
entre los hombres. Pero Dios indicó claramente que el pecado en
cualquier grado le es ofensivo.
A Eva le pareció de poca importancia desobedecer a Dios al
probar el fruto del árbol prohibido y al tentar a su esposo a que
pecara también; pero su pecado inició la inundación del dolor sobre
el mundo. ¿Quién puede saber, en el momento de la tentación, las
terribles consecuencias de un solo mal paso?
Muchos que enseñan que la ley de Dios no es obligatoria para
el hombre, alegan que es imposible obedecer sus preceptos. Pero si
eso fuese cierto, ¿por qué sufrió Adán el castigo por su pecado? El
pecado de nuestros primeros padres trajo sobre el mundo la culpa
y la angustia, y si no se hubiesen manifestado la misericordia y la
bondad de Dios, la raza humana se habría sumido en irremediable