Página 540 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
Y él asentó sobre ellas el mundo.
El guarda los pies de los santos,
Mas los impíos perecen en tinieblas;
Porque nadie será fuerte por su fuerza.
Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios,
Y sobre ellos tronará desde los cielos:
Jehová juzgará los términos de la tierra,
Y dará fortaleza a su Rey,
Y ensalzará el cuerno de su Mesías.”
Las palabras de Ana eran proféticas, tanto en lo que tocaba
a David, que había de reinar como soberano de Israel, como con
relación al Mesías, el ungido del Señor. Refiriéndose primero a la
jactancia de una mujer insolente y contenciosa, el canto apunta a la
destrucción de los enemigos de Dios y al triunfo final de su pueblo
redimido.
De Silo, Ana regresó quedamente a su hogar en Ramatha, dejan-
do al niño Samuel para que, bajo la instrucción del sumo sacerdote,
se le educase en el servicio de la casa de Dios. Desde que el niño
diera sus primeras muestras de inteligencia, la madre le había en-
señado a amar y reverenciar a Dios, y a considerarse a sí mismo
como del Señor. Por medio de todos los objetos familiares que le
rodeaban, ella había tratado de dirigir sus pensamientos hacia el
Creador. Cuando se separó de su hijo no cesó la solicitud de la
madre fiel por el niño. Era el tema de las oraciones diarias de ella.
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Todos los años le hacía con sus propias manos un manto para su
servicio; y cuando subía a Silo a adorar con su marido, entregaba
al niño ese recordatorio de su amor. Mientras la madre tejía cada
una de las fibras de la pequeña prenda rogaba a Dios que su hijo
fuese puro, noble, y leal. No pedía para él grandeza terrenal, sino que
solicitaba fervorosamente que pudiese alcanzar la grandeza que el
cielo aprecia, que honrara a Dios y beneficiara a sus conciudadanos.
¡Cuán grande fué la recompensa de Ana! ¡Y cuánto alienta a ser
fiel el ejemplo de ella! A toda madre se le confían oportunidades de
valor inestimable e intereses infinitamente valiosos. El humilde con-
junto de deberes que las mujeres han llegado a considerar como una
tarea tediosa debiera ser mirado como una obra noble y grandiosa.
La madre tiene el privilegio de beneficiar al mundo por su influencia,