Página 546 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
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. Ya no conocían el gran sacrificio antitípico hacia el cual debían
mirar. “Era pues el pecado de los mozos muy grande delante de
Jehová.”
Estos sacerdotes infieles violaban también la ley de Dios y des-
honraban su santo cargo por sus prácticas viles y degradantes; pero
continuaban contaminando con su presencia el tabernáculo de Dios.
Mucha gente, llena de indignación por la conducta corrompida de
Ofni y Finees, dejó de subir al lugar señalado para el culto. Así
el servicio que Dios había ordenado fué menospreciado y descui-
dado porque estaba asociado con los pecados de hombres impíos,
mientras que aquellos cuyos corazones se inclinaban hacia el mal se
envalentonaron en el pecado. La impiedad, el libertinaje y hasta la
idolatría prevalecían en forma alarmante.
Elí había cometido un grave error al permitir que sus hijos asu-
mieran los cargos sagrados. Al disculpar la conducta de ellos con
este o aquel pretexto, quedó ciego con respecto a sus pecados; pe-
ro por último llegaron a tal punto que ya no pudo desviar más los
ojos de los delitos de sus hijos. El pueblo se quejaba de sus actos
de violencia, y el sumo sacerdote sintió pesar y angustia. No osó
callar por más tiempo. Pero sus hijos se habían criado pensando sólo
en sí mismos, y ahora no respetaban a nadie. Veían la angustia de
su padre, pero sus corazones endurecidos no se conmovían. Oían
sus benignas amonestaciones, pero no se dejaban impresionar, ni
quisieron cambiar su mal camino cuando fueron advertidos de las
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consecuencias de su pecado. Si Elí hubiera tratado con justicia a
sus hijos impíos, habrían sido destituídos del sacerdocio y casti-
gados con la muerte. Temiendo deshonrarlos así públicamente y
condenarlos, los mantuvo en los puestos más sagrados y de más
responsabilidad. Siguió permitiéndoles que mezclaran su corrupción
con el santo servicio de Dios, y que infligieran a la causa de la verdad
un perjuicio que muchos años no podrían borrar. Pero cuando el juez
de Israel descuidó su obra, Dios se hizo cargo de la situación.
“Y vino un varón de Dios a Elí, y díjole: Así ha dicho Jehová:
¿No me manifesté yo claramente a la casa de tu padre, cuando
estaban en Egipto en casa de Faraón? Y yo le escogí por mi sacerdote
entre todas las tribus de Israel, para que ofreciese sobre mi altar, y
quemase perfume, y trajese ephod delante de mí; y dí a la casa de
tu padre todas las ofrendas de los hijos de Israel. ¿Por qué habéis