Página 641 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Capítulo 66—La muerte de Saúl
Otra vez se declaró la guerra entre Israel y los filisteos. “Los
Filisteos se juntaron, vinieron y asentaron campo en Sunam,” en
la orilla norte de la llanura de Jezreel; mientras que Saúl y sus
fuerzas acamparon sólo a pocas millas de distancia, al pie del monte
de Gilboa, en el borde meridional de la llanura. En esta llanura
era donde Gedeón, con trescientos hombres, había derrotado a las
huestes de Madián. Pero el espíritu que animaba al libertador de
Israel era muy distinto del que agitaba ahora el corazón del rey.
Gedeón salió al campo de batalla, fortalecido por su fe en el poderoso
Dios de Jacob; mientras que Saúl se sentía solo e indefenso, porque
Dios le había abandonado. Al mirar a lo lejos a las huestes filisteas,
“temió, y turbóse su corazón en gran manera.” Véase
1 Samuel 28,
31
.
Saúl sabía que David y su fuerza estaban con los filisteos, y pensó
que el hijo de Isaí aprovecharía esta oportunidad para vengarse de
los agravios que había recibido. El rey estaba muy angustiado. Su
propio odio irracional, al incitarle a destruir al escogido de Dios,
había envuelto a la nación en tan grande peligro. Mientras se había
empeñado en perseguir a David, había descuidado la defensa del
reino. Los filisteos, aprovechándose de su condición desamparada,
habían penetrado hasta el mismo corazón del país. Mientras Satanás
instaba a Saúl a que empleara toda su energía para perseguir a
David, su mismo espíritu maligno había inducido a los filisteos
a que aprovecharan la oportunidad de labrar la ruina de Saúl, y
derrocar al pueblo de Dios. ¡Cuán a menudo usa la misma política y
el mismo procedimiento el gran enemigo! Obra sobre un corazón
falto de consagración para encender la envidia y la lucha en la
iglesia, y luego, aprovechándose de la condición dividida en que está
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el pueblo de Dios, mueve a sus agentes para que labren la ruina de
dicho pueblo.
Al día siguiente, Saúl debía entablar batalla con los filisteos.
Le rodeaban las obscuras sombras de la destrucción inminente;
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