Página 133 - Profetas y Reyes (1957)

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Josafat
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Mientras el pueblo y el rey se humillaban juntos delante de Dios
y le solicitaban su ayuda, el Espíritu de Jehová descendió sobre
Jahaziel, “Levita de los hijos de Asaph,” y él dijo:
“Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalem, y tú, rey
Josaphat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante
de esta tan grande multitud; porque no es vuestra la guerra, sino de
Dios. Mañana descenderéis contra ellos: he aquí que ellos subirán
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por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto
de Jeruel. No habrá para qué vosotros peleéis en este caso: paraos,
estad quedos, y ved la salud de Jehová con vosotros. Oh Judá y
Jerusalem, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que
Jehová será con vosotros.
“Entonces Josaphat se inclinó rostro por tierra, y asimismo todo
Judá y los moradores de Jerusalem se postraron delante de Jehová, y
adoraron a Jehová. Y levantáronse los Levitas de los hijos de Coath
y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel a grande
y alta voz.”
Temprano por la mañana se levantaron y fueron al desierto de
Tecoa. Mientras avanzaban a la batalla, Josafat dijo: “Oídme, Judá
y moradores de Jerusalem. Creed a Jehová vuestro Dios, y seréis
seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. Y habido consejo
con el pueblo, puso a algunos que cantasen a Jehová, y alabasen en
la hermosura de la santidad.”
2 Crónicas 20:14-21
. Estos cantores
iban delante del ejército, elevando sus voces en alabanza a Dios por
la promesa de la victoria.
Era una manera singular de ir a pelear contra el ejército enemigo,
eso de alabar a Jehová con cantos y ensalzar al Dios de Israel. Tal
era su canto de batalla. Poseían la hermosura de la santidad. Si hoy
se alabase más a Dios, aumentarían constantemente la esperanza,
el valor y la fe. ¿No fortalecería esto las manos de los soldados
valientes que hoy defienden la verdad?
“Puso Jehová contra los hijos de Ammón, de Moab, y del monte
de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y
matáronse los unos a los otros: pues los hijos de Ammón y Moab se
levantaron contra los del monte de Seir, para matarlos y destruirlos;
y como hubieron acabado a los del monte de Seir, cada cual ayudó a
la destrucción de su compañero.
“Y luego que vino Judá a la atalaya del desierto, miraron hacia
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