Página 149 - Profetas y Reyes (1957)

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El llamamiento de Eliseo
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confió en Dios. Estuvo tentado a recordar el hogar que había dejado,
pero no prestó atención a esto. Habiendo puesto la mano al arado,
estaba resuelto a no volver atrás, y a través de pruebas y tentaciones
demostró que era fiel a su cometido.
El ministerio abarca mucho más que la predicación de la Palabra.
Significa preparar a los jóvenes como Elías preparó a Eliseo; es
decir, arrancarles de sus deberes comunes para asignarles en la obra
de Dios responsabilidades que serán pequeñas al principio, pero que
aumentarán a medida que ellos adquieran fuerza y experiencia. Hay
en el ministerio hombres de fe y oración, hombres que pueden decir:
“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos
visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado, y palparon nuestras
manos tocante al Verbo de la vida; ... lo que hemos visto y oído,
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eso os anunciamos.”
1 Juan 1:1, 3
. Los obreros jóvenes e inexpertos
deben ser preparados por el trabajo realizado en relación con estos
experimentados siervos de Dios. Así aprenderán a llevar cargas.
Los que se dedican a dar esta preparación a los obreros jóvenes
prestan un servicio noble. El Señor mismo coopera con sus esfuerzos.
Y los jóvenes a quienes se dirigieron las palabras de consagración y
se otorga el privilegio de asociarse con obreros fervorosos y piadosos
deben aprovechar en todo lo posible sus oportunidades. Dios los
honró al elegirlos para servirle y al colocarlos donde pueden adquirir
mayor idoneidad para él; deben ser humildes, fieles y obedientes
y dispuestos a sacrificarse. Si se someten a la disciplina de Dios,
ejecutando sus instrucciones y eligiendo a sus siervos como sus con-
sejeros, se desarrollarán en hombres justos, de principios elevados,
firmes, a quienes Dios pueda confiar responsabilidades.
Mientras se proclame el Evangelio en toda su pureza, habrá hom-
bres que serán llamados del arado y de las vocaciones comerciales
comunes, que suelen embargar la mente, y se educarán al lado de
hombres de experiencia. Mientras aprendan a trabajar eficazmente,
proclamarán la verdad con poder. Mediante admirables manifes-
taciones de la providencia divina, serán eliminadas y arrojadas al
mar montañas de dificultades. El mensaje que tanto significa para
los moradores de la tierra será oído y comprendido. Los hombres
conocerán lo que es la verdad. La obra seguirá progresando cada
vez más, hasta que toda la tierra haya sido amonestada; y entonces
vendrá el fin.