Página 175 - Profetas y Reyes (1957)

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Termina el ministerio de Eliseo
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potente. Siempre, cuando el camino que había delante de él parecía
completamente cerrado, había avanzado sin embargo por fe, y Dios
había honrado su confianza y le había abierto el camino.
No le tocó a Eliseo seguir a su maestro en un carro de fuego.
Dios permitió que le aquejase una enfermedad prolongada. Durante
las largas horas de debilidad y sufrimiento humanos, su fe se aferró
a las promesas de Dios, y contemplaba constantemente en derredor
suyo a los mensajeros celestiales de consuelo y paz. Así como
en las alturas de Dotán se había visto rodeado por las huestes del
cielo, con los carros y los jinetes de fuego de Israel, estaba ahora
consciente de la presencia de los ángeles que simpatizaban con él; y
esto le sostenía. Durante toda su vida había ejercitado una fe fuerte;
y mientras progresaba en el conocimiento de las providencias y
la bondad misericordiosa del Señor, su fe había madurado en una
confianza permanente en su Dios; y cuando la muerte le llamó,
estaba listo para entrar a descansar de sus labores.
“Estimada es en los ojos de Jehová la muerte de sus santos.”
Salmos 116:15
. “El justo en su muerte tiene esperanza.”
Proverbios
14:32
. Con el salmista, Eliseo pudo decir con toda confianza: “Em-
pero Dios redimirá mi vida del poder de la sepultura, cuando me
tomará.”
Salmos 49:15
. Y con regocijo pudo testificar: “Yo sé que
mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo.”
Job 19:25
.
“Yo en justicia veré tu rostro: seré saciado cuando despertare a tu
semejanza.”
Salmos 17:15
.
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