Página 184 - Profetas y Reyes (1957)

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Profetas y Reyes
el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio
de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido
del peligro que corren.
Los mensajeros de Dios en las grandes ciudades no deben des-
alentarse por la impiedad, la injusticia y la depravación que son
llamados a arrostrar mientras tratan de proclamar las gratas nuevas
de salvación. El Señor quisiera alentar a todos los que así trabajan
con el mismo mensaje que dió al apóstol Pablo en la impía ciudad de
Corinto: “No temas, sino habla, y no calles: porque yo estoy contigo,
y ninguno te podrá hacer mal; porque yo tengo mucho pueblo en
esta ciudad.”
Hechos 18:9, 10
. Recuerden los que están empeñados
en el ministerio de salvar las almas que a pesar de que son muchos
los que no quieren escuchar los consejos que Dios da en su palabra,
no se apartará todo el mundo de la luz y la verdad ni de las invita-
ciones de un Salvador paciente y tolerante. En toda ciudad, por muy
llena que esté de violencia y de crímenes, hay muchos que con la
debida enseñanza pueden aprender a seguir a Jesús. A miles puede
comunicarse así la verdad salvadora, e inducirlos a recibir a Cristo
como su Salvador personal.
El mensaje de Dios para los habitantes de la tierra hoy es: “Por
tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre
ha de venir a la hora que no pensáis.”
Mateo 24:44
. Las condicio-
nes que prevalecen en la sociedad, y especialmente en las grandes
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ciudades de las naciones, proclaman con voz de trueno que la hora
del juicio de Dios ha llegado, y que se acerca el fin de todas las
cosas terrenales. Nos hallamos en el mismo umbral de la crisis de
los siglos. En rápida sucesión se seguirán unos a otros los castigos
de Dios: incendios e inundaciones, terremotos, guerras y derrama-
miento de sangre. No debemos quedar sorprendidos en este tiempo
por acontecimientos grandes y decisivos; porque el ángel de la mi-
sericordia no puede permanecer mucho más tiempo para proteger a
los impenitentes.
“Porque he aquí que Jehová sale de su lugar, para visitar la
maldad del morador de la tierra contra él; y la tierra descubrirá
sus sangres, y no más encubrirá sus muertos.”
Isaías 26:21
. Se está
preparando la tempestad de la ira de Dios; y sólo subsistirán los que
respondan a las invitaciones de la misericordia, como lo hicieron los
habitantes de Nínive bajo la predicación de Jonás, y sean santificados